martes, 31 de julio de 2012

CORAZÓN PINTADO DE XÁNATH CARAZA



Corazón pintado
Xánath Caraza
T.L.Press (Kansas city, Misouri, EE.UU), 2012
42 pp
5 euros (8 $)

Corazón pintado más parece un pequeño adelanto de algo más grande que vendrá con posterioridad. Así se llama este poemario, o quizá debería decir plaquette, de Xánath Caraza. Digo poemario porque contiene poemas aunque la mayoría de ellos ya han sido publicados en otros lugares. Sin embargo guardan cierta unidad y cierta semejanza argumental. Xánath, estudiosa y reivindicadora de la cultura chicana, muestra una preocupación por los orígenes, por los ancestros y lo que le han legado. Tuve la ocasión de conocer a Xánath Caraza en un encuentro de poetas en Barcelona con el trasfondo de dos realidades culturales: la chicana y la charnega. El poemario está editado en forma bilingüe en español e inglés e ilustrado por algunos artistas chicanos. Tan solo contiene dieciséis poemas. La mayoría de ellos ocupan una página pero algunos son más breves. El tema común que los recorre es el redescubrimiento de sus orígenes pero también hay temas secundarios: el contacto con la naturaleza, la pasión por algunos paisajes, la belleza, etc… Dejan descubrir una especial sensibilidad utilizando palabras que sensualmente nos van dejando mensajes, a veces con una cierta contundencia, aunque, la mayoría, relativamente serenos. El tema principal del poemario creo que queda bien atrapado por el poema Yanga. En dicha composición se habla de la esclavitud, de los orígenes africanos y para ello se van sucediendo las palabras casi a modo de estribillo. Africanismos que se repiten y que se intercalan como un coro. Y tras ese estribillo algunos resúmenes históricos que vienen a recordar el pasado. Aquí unos versos que lo corroboran (p.8):´

“Este es mi poema para Yanga.
Mandinga, malanga, bamba.
Rumba, mambo, samba.
Palabras llegadas de África.”

Algo más de esos orígenes, de los paisajes recorridos y recordados, viene desgranado en Olor a Mar del Norte (p.26):

“No es el olor al mar que conozco
Este mar no huele a mi mar”

Y también en esta otra estrofa de El rebozo de Adelita (p.35):

“Telares de canela.
Con diseños de amaranto.
Producción ancestral”

De la relación con la naturaleza, que se intuye en algunos de los poemas, como en el que da inicio al poemario y que se denomina Árbol de agua (p.6):

“Culebra roja deslizándose hasta mí
Silueta entre la bruma matutina”

Naturaleza, arte, todo uno, belleza al fin y al cabo. Del poema Estrella blanca (p.12)

“Pintora de cactus
Guardiana de la vida
El blanco nace de tus entrañas”

 Y del poema Floating Pink Shaman más de esa buscada unión ancestral con la tierra, aquí unión cuasi mística:

“Al cactus de sabiduría eterna
Generaciones de conocimiento
Corren por tus venas”

Finalmente otro de los temas secundarios que he señalado tiene que  ver con la belleza, con su búsqueda, con su contemplación, con el éxtasis. Qué mejor prueba que este breve poema denominado Copalillo que transcribo aquí en su integridad (p.22):

“Laberinto de ramas
De profundidad sin límite
Y rugosas texturas
Que arrulla la imaginación
En los torcidos troncos
Inicia el laberinto
De infinita sensualidad”

Xánath Caraza, Corazón pintado. Sensualidad, naturaleza, belleza y reivindicación de los orígenes, en la brevedad de estos pocos textos, para descubrir.

jueves, 26 de julio de 2012

ENTREVISTA A DAMIÁN PATÓN


Reseñados ha tenido la oportunidad de entrevistar a Damián Patón, autor de Días de fuego en la Habana

Luis Vea García (Barcelona)

Luis Vea: Parece extraño que una novela como Días de fuego en la Habana, no haya caído en las manos de una gran editorial. Tiene acción, tiene algo de novela negra y un ingrediente exótico como Cuba, además de sexo. ¿Qué nos puedes decir? ¿Lo intentaste con las grandes?

Damián Patón:  La novela Días de Fuego en la Habana, que yo escribí hace ya bastante tiempo, fue rechazada de plano por todo tipo de editoriales. Lo cual, responde a que sí lo intenté, pero esencialmente con Todos. Sus ingredientes, digámoslo así, no están buscados, surgieron tal cual. La escribí en muy poco tiempo.

L.V: La narración nos habla de unos personajes vencidos por lo peor de ellos mismos, llevados a los extremos de sus carencias humanas y contradicciones espirituales. ¿Por qué?

D.P: Los personajes, viven en el círculo cerrado de sus traumas porque, en algunos casos, los traumas son invencibles o por lo menos imposibles de aceptar. Sus carencias se convierten en actitudes defensivas- Clavijo-, y sus traumas, que ellos no consideran lo peor sino lo mas puro, entran en confrontación con el entorno que les envuelve, que a la vez les señala de manera visible e invisible por sus carencias, porque el sistema está saturado de carencias propias. No considero que padezcan contradicciones espirituales, sino contradicciones morales…Vivir marcado, nacer con un cerebro masculino o femenino en un cuerpo que no corresponde, vivir en un sistema hipócrita tanto supuestamente democrático, como dictatorial, influye en todo ello.

L.V: Uno de los ingredientes de la historia es el sexo. Algunos personajes ocultan sus vidas detrás del sexo, otros tienen cierta inseguridad respecto a él. Parece advertirse una inseguridad sobre el rol tradicional y las maneras de configurar el sexo en nuestra sociedad. ¿Es así?

D.P:  Es así. Tal cual se responde así misma la pregunta. En la sociedad actual -cualquier sociedad de cualquier país o cultura-, el sexo se ha deformado en su contexto y se ha convertido en una simbiosis ambigua de sentimientos. El sexo se ha individualizado, para colectivizarse. Puede resultar confuso, pero creo que es así. La inseguridad existe, porque quieren ser aceptados y ser normales como los demás, pero no pueden, no saben o no se atreven a mostrar sus “ambigüedades”, que son íntimas y las esconden bajo la forma del comportamiento sexual clásico. No lo consiguen, claro.



L.V: En la trama de la novela se van narrando hechos y, junto a ellos, se va vertiendo una serie de juicios de valor sobre la sociedad, la política, la situación actual. ¿Es una de las labores del novelista transmitir crítica social?

D.P:  En parte sí. Estoy convencido de que debe existir una parte de critica social…pero solo una parte del todo, para no deslucir el acto creativo. Guerra y Paz, por ejemplo va mas allá de su ser una novela bélica clásica, es un todo…no sé si el ejemplo puede ser el mas adecuado, pero en parte si, aunque a veces el autor incurra en subjetividades…

L.V: A veces da la impresión de que el autor se haya inspirado en alguien para describir con tanta exactitud algunos personajes. ¿Ha habido modelos?

D.P:  Ha habido modelos reales, en algunos casos…y me he quedado corto, por pura autocensura. El modelo mas real es Iker…lo demás son modelos mas clásicos…y me autocensuré.

L.V: La impresión que ofrece la novela sobre el futuro y los acontecimientos actuales es devastadora. No hay esperanza, ni posibilidad de futuro. ¿Es una novela que esconde un cierto nihilismo?

D.P:  No siento que esconda un cierto nihilismo. Y no siento que sea devastadora su visión sobre el futuro, sino más bien demasiado real y me quedo corto…muy corto. Creo que en la novela habita una gran esperanza pesimista eso sí. Una esperanza pesimista, sin los viejos dioses occidentales…al final me remito…al final del libro, en sus últimas frases.

L.V: Me ha extrañado el final de la novela. Da la impresión de que la introducción de un acontecimiento real como el 11M cambia la dirección de la novela. ¿Era ese el propósito?

D:P:  No era ese el propósito abiertamente, luego al final ha sido así de manera imprevisible. El final supone el cierre, lógicamente del principio. Todos huyen de sus miserias personales en un mundo de riqueza hacia otro de miserias materiales y a veces personales y de repente un acontecimiento externo lo altera todo…eso ocurre cada día.

L.V: Días de fuego en la Habana tiene uno de sus puntos fuertes en los diálogos. ¿Has trabajado de alguna manera este punto?

D.P: No…nunca lo he trabajado…simplemente lo sentía así. Es algo que acabo de descubrir.

L.V: Viniendo como vienes, Damián, de la poesía, qué poco de poético tiene el libro.

D.P:  Quizás es mejor que tenga poco de poético el libro. He descubierto que ya no soy poeta. Necesito personajes, necesito otros ámbitos. La poesía me parece lo más alto y descubrí, que yo no cumplo sus expectativas. Lo poesía es lo supremo.

L.V:  ¿Puedes decirnos en qué proyectos andas metido actualmente?

D.P: Como bien sabes y te he comentado en alguna ocasión, Luís, dije que abandonaba el camino de la literatura…me cansa un poco, pero no puedo evitarlo, necesito crear. La palabra sería crear. Decidí co-editar con Bohodón ediciones, para que Días no muriera en un cajón. No quería. El sistema editorial es cerrado. Mediocre. Corrupto en este país. Llevo tiempo sin planes. Es cierto que escribo para algún colega guiones de corto -ahora ando en ello-, pero en realidad necesito mucha libertad para escribir. Y quizás ensayo o novela. No tengo un plan fijo, si un plan infinito en mi. Nadie me espera por el momento…pero sabrán de mí.

Gracias Damián por tus respuestas y suerte en los próximos proyectos.

martes, 24 de julio de 2012

DÍAS DE FUEGO EN LA HABANA DE DAMIÁN PATÓN




Días de fuego en La Habana
Damián Patón
Ed-Bohodón, 2012
144 pp.
14 euros (formato ebook: 7 euros)

Había tenido la oportunidad de leer algunos trabajos de Damián Patón (1963), pero, probablemente, Días de fuego en La Habana es la obra más redonda que he leído de él. Una serie de personajes con turbias vidas buscan lejos de su hogar la paz que no hallan en su lugar habitual. Lamentablemente no son del todo conscientes de que el infierno siempre viaja con ellos. Los personajes que diseña Damián son desarraigados de su propia vida, envueltos en miserias personales y morales. También se caracterizan por su incapacidad para asumir su rol sexual. Uno de los puntos fundamentales de la novela son los diálogos. Casi siempre certeros  y creíbles. Probablemente el punto más discutible y opinable lo da el narrador. Quizá un narrador ideologizado. A veces se unen las opiniones del autor que aparecen en boca del narrador, otras los personajes se conducen por una senda marcada. Sin embargo la novela tiene destacables elementos de la literatura de género negro a las que se añaden un interés en profundizar en el perfil psicológico de los personajes. Moisés Clavijo (¿el nombre ha sido elegido por el autor para emparentarlo con el drama de Goethe?), un tipo que huye de sí mismo con el pretexto de escribir un libro que jamás acierta a empezar. Buscando quizá su propia identidad conoce a  Iker Getxo, un personaje envuelto en la penumbra de la duda sobre su propia condición sexual. Los diálogos entre estos,  su acercamiento, también sus desencuentros y, por último, su huída a España tras una discusión de calado son parte del día a día de Moisés en La Habana. También en el camino se entrecruza el juez Javier Terré, juez de menores que, sin embargo, olvida sus escrúpulos por un momento para acabar haciendo lo que le condujo a la isla, acostarse con una jinetera, pero menor de edad. Por último, el teniente Oswaldo, un policía enamorado de un transexual que se niega a aceptar la realidad de ese enamoramiento. Todos los perfiles y sus vidas se van entrecruzando. Es magnífica la escena entre Moisés Clavijo y el juez Javier Terré, cuando el primero va al hotel del segundo a devolver la cartera que ha encontrado y cómo el segundo, en un alarde de estupidez y soberbia, se comporta como un imbécil pagado de sí mismo. Buena ambientación general de la vida y las miserias de la Habana que, sin embargo, queda oculta por la vida y miserias de los personajes que de fuera vienen y transitan por esa realidad.

Al final del libro, un hecho viene a enturbiar el normal desarrollo de la acción. Un hecho que no es baladí para todos los personajes y tampoco lo es en la más reciente historia de España: el 11 M. Ese acontecimiento terminará por devolver a todos ellos de una u otra forma a la realidad de su regreso, cada uno a su madriguera, sin haber resuelto sus problemas interiores. El diablo sigue viajando con ellos al mismo lugar del que partieron y con el agravante ahora del desastre que se avecina.

Recomendable libro de este autor para los amantes de los personajes indefinibles y atormentados y, también, por los que tienen querencia por el género negro. Días de fuego en La Habana.

martes, 17 de julio de 2012

ENTREVISTA A JUAN BOSCO


Reseñados ha podido conversar en diferido con Juan Bosco a raíz de la publicación de su libro La Lista.
Luis Vea (Barcelona)

Luis Vea: La lista es un libro que se sitúa en la inmediata posguerra. Habrá quien diga: otro libro sobre la guerra civil. ¿Qué le dirías?
Juan Bosco: Le diría: nada más lejos de la realidad. En Canarias no hubo confrontación armada y esta novela está ambientada, como bien dices, en la inmediata posguerra y en un lugar, la isla de Tenerife (es decir, Canarias) en el que, por sorprendente que parezca, pudo haber cambiado el destino de España, porque Francisco Franco estuvo a punto de sufrir un atentado en, al menos, dos ocasiones antes de abandonar su puesto en la, entonces, Comandancia General de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife. Uno de esos atentados es el punto de partida de esta novela. Además, esta es una historia de heroísmo humano que tiene un objetivo concreto: hablar, por fin, de los terribles acontecimientos sucedidos aquí tras la guerra, que podrían resumirse en una palabra atroz: genocidio.

L.V: Quizá las características de aislamiento de Canarias propiciaron que se viviese la guerra de otro modo, no en vano el golpe se hizo con el poder en escaso tiempo. Cuéntanos algo de esa época que no digas en la novela.

J.B: La guerra es una consecuencia del fracaso del golpe de estado capitaneado por Emilio Mola; y digo fracaso porque las fuerzas armadas leales al gobierno constitucional de la República, hicieron frente al levantamiento. La drástica división interna en el ejército evitó un triunfo inmediato de los militares sublevados, que no fueron todos. Ese hecho de división da lugar a la confrontación armada. Por otro lado, Franco, que se hallaba destinado en Canarias (más bien desterrado por Manuel Azaña al dudar este de su "excesiva lealtad"), no se sumó al golpe hasta que vio el camino libre para jugar sus cartas. Es la muerte, considerada accidental, del general Sanjurjo (quien iba a estar al frente del alzamiento, como en el 32) el hecho que pone a Franco en marcha. Además, no contando con la simpatía de gran parte de los mandos (no en vano le nombraban con diferentes apodos como "Miss Canarias", "Paca la Culona",...), sí tenía el apoyo y el estímulo de personas con gran peso en la sociedad de la época, entre otros, Juan March, quien financia la operación de traslado de Franco desde Gran Canaria en el avión Dragon Rapide. Una vez fue ganando posiciones procedió a la eliminación de aquellos que podían hacerle sombra o, en los inicios, frenar sus planes, como ocurrió con Balmes en Las Palmas de Gran Canaria

L.V-Tengo interés en saber cómo ha reaccionado en general la sociedad de La Orotava al conocer tu libro y su contenido. ¿Qué actitudes te has encontrado? ¿Comprensión? ¿Ganas de olvidar? ¿Rechazo?

J.B: Para mi sorpresa, la reacción general ha sido extraordinariamente positiva. Este libro se está convirtiendo poco a poco en una especie de "mecanismo exorcista" de los terribles fantasmas y miedos que permanecen en el inconsciente colectivo de la sociedad canaria. Me llegan constantes agradecimientos, como si, al leer el libro, mucha gente hubiera encontrado las palabras que siempre quiso gritar pero, por un terror viejo que traen en sus genes, no ha podido hacerlo. Tengo un inmenso sentimiento de gratitud y responsabilidad. Este es un libro que busca arrojar luz sobre una época de sombras que, en Canarias, ha estado sometida al silencio; un silencio que, bajo mi punto de visto, es fruto de la omisión consciente, ese pecado tan social y tan de nuestros días.



L.V: Supongo que debe haber habido un proceso de documentación. ¿Puedes explicar cómo supiste de la historia y cómo investigaste?

J.B: Pude acceder a muchos testimonios de hijos y nietos de víctimas, algunas de las cuales sufrieron la brutalidad de las Brigadas del Amanecer y alcanzaron la muerte. Trabajé con numerosas fuentes bibliográficas que consultaba constantemente y accedí a las actas municipales del Archivo de La Orotava desde enero de 1931 hasta enero de 1941. Meses de trabajo. Aunque a lo largo de mi vida, por familiares y conocidos, fui haciéndome eco de muchos datos, historias de toda índole de aquellos años que, de algún modo, quedaron grabadas en mi memoria y vieron la luz a través de La Lista.

L.V: Siendo como es un libro de ficción ¿qué hay de verdad y de ficción en La lista?

J.B: Es una ficción y, al mismo tiempo, no lo es. De hecho, la idea central (la lista de 86 nombres), el método de evacuación de los perseguidos y la intrahistoria de los personajes principales sí es ficción. Sin embargo, las descripciones de las localizaciones y del ambiente de la época, el relato de algunos hechos concretos, muchos personajes y todos los datos aportados son reales. Es decir, La Lista es historia novelada; o dicho de otro modo, uso ciertos aderezos para contar algo que, de una manera u otra, sucedió. Tan es así que continuamente recibo testimonios que superan con creces la barbarie de ciertos momentos de la novela.

L.V: Juan, tú provienes del mundo de la música y ahora te pasas a las letras, aunque ya habías ganado algunos concursos literarios. ¿Qué diferencias y semejanzas ves?

J.B: Bueno, el tema es "la palabra", en cualquiera de sus formas. La canción quedó aparcada hace ahora seis años por causas complejas que necesitarían de otra entrevista para ser explicadas. Tras un tiempo de reflexión me sentí preparado para abordar un proyecto literario de envergadura, quizás porque me sirvió de entrenamiento un trabajo previo (El Tercer Latido, Editorial Destino), encargo de la Alianza de Civilizaciones. Después de esa experiencia me vi mentalmente fuerte para algo más laborioso y comprometido. Y surgió La Lista. En cualquier caso, la canción tiene una dinámica diferente, un estado mental propio. Lo mismo sucede con la novela, pero son ámbitos distintos. Sin embargo, ambos se sustentan, al menos en mi caso, en una experiencia previa de alumbramiento; es decir, antes de hacer la canción, la oigo; antes de escribir la novela, la sé de arriba abajo. ¿Por qué me sucede así? No tengo la menor idea. En cuanto a la poesía, no sé si volverá alguna vez; y la canción, qué sé yo... Quizás pudiera volver; sería una manera divertida de descansar entre libro y libro. Pero el compromiso es con la palabra, porque es el instrumento que me ha dado la vida, y yo no sé entender las habilidades de uno más que en clave de utilidad y, por tanto, prima el sentimiento de responsabilidad.

L.V: La novela contiene una gran cantidad de personajes y de voces. Debe haber sido difícil hablar de todos ellos y crear tantos diálogos. Háblanos de ello.

J.B: Fue necesario elaborar un esquema previo en el que definí con antelación la historia de cada personaje. Luego me hice un guión general con la descripción de todos los capítulos. Ese fue el instrumento que me permitió poner en juego a tantos y tan variados personajes. Pero, he de decir que, en este caso, tuve una experiencia muy curiosa. El único esfuerzo que debía hacer era el de mantener la constancia en el trabajo. La obra venía en imágenes y, con ellas, llegaba también la voz de los personajes, sus modos de sentir, de entender la vida; era como si pudiera verlos por dentro, comprenderlos, percibirlos,... Fue extraordinario y, al mismo tiempo, intensísimo. Con ellos reí, lloré, grité,... Viví toda clase de emoción humana como si la estuviera experimentando en mis propias carnes. Eso hizo posible la relación entre ellos y los diálogos.

L.V: El mensaje del libro es demoledor. La novela que inicialmente narra una historia de esperanza poco a poco va yendo hacia un camino opuesto. ¿No podía ser de otro modo?

J.B: Como comenté antes, el objetivo final de la obra es poner palabras al miedo colectivo y a unos hechos terribles que perduran en la memoria de demasiada gente. Esos hechos fueron como fueron. 1200 desaparecidos sólo en la provincia de Tenerife, y aquí no hubo, insisto, confrontación armada; una represión perfectamente tramada y perpetrada por los poderes establecidos tras la guerra: la oligarquía, la iglesia, Falange Española, Acción Ciudadana,... Los datos son tan brutales... Terminar la historia felizmente habría sido poco realista, y yo necesitaba que hubiera realidad.

L.V: La lista es un libro escrito de una forma muy cinematográfica. Llevar al cine la historia no parece difícil como ocurrió con otros libros como Las trece rosas o Soldados de Salamina. ¿Te lo has planteado? ¿Tienes alguna oferta?

J.B: Tengo que admitir que es un sueño que albergo. Me lo han planteado sí, pero no gente en disposición de emprender un proyecto que requiere una gran inversión. Creo que la posibilidad está ahí. Quizás tras el verano, tras la presentación en Madrid y otras ciudades, ese camino pueda abrirse. Quién sabe...

L.V: Por último nos gustaría saber si estás trabajando en algún proyecto nuevo, en alguna otra novela.

J.B: Sí. Esto es una máquina que hay que mantener engrasada, Estoy en otro proyecto, otra novela, pero de un registro absolutamente distinto. Será una historia contemporánea, que camina entre la ciencia y el humanismo radical de su personaje principal. Y, por supuesto, con sus ingredientes claves: intriga, personajes interesantes,... Espero que sea, al menos, buena literatura.

L.V: Muchas gracias, Juan, por tu amabilidad y felicidades por tu libro La lista.
                                                                                                                                                           

viernes, 13 de julio de 2012

LA LISTA DE JUAN BOSCO




La lista
Juan Bosco
Principal de los libros, 2012
413 pp.
22,50 euros

Si a cualquier lector se le habla de un libro llamado La lista, muchos pensarán en seguida en la novela – y, sobre todo, en la película – La lista de Schindler. Sin embargo muchos lectores desconocerán otra historia más cercana sobre una lista, una historia reciente que nos desvela como el general Franco fue objeto de varios atentados. Uno de ellos, del que habla el libro La lista, pudo haber cambiado el curso de la historia y quién sabe si de la posterior guerra civil. Pero La lista no trata específicamente de ese hecho, sino de la época en que ocurre y  de los protagonistas de la novela, personas cuyas vidas se olvidaron y quizá sólo permanecían en el recuerdo de algunos que les conocieron.
La lista es una novela trepidante, a caballo entre el thriller y la novela de intriga, con elementos de novela negra. Imagínense que alguien descubre una lista en la que aparecen una serie de nombres de  personas vecinas y conocidas que una a una van desapareciendo misteriosamente. Enmarquen este hecho en la posguerra y añádanle un amor prohibido con la hija de un noble, que además será luego una buena aliada, y tendrán delante buena parte de lo que es La lista. Su autor, Juan Bosco, que ya había hecho alguna incursión literaria, básicamente en la poesía, pero que provenía del mundo de la música, nos presenta este episodio de la historia de su pueblo, la villa de la Orotava (Tenerife).
Una de las preguntas que yo mismo me he hecho antes de leer este libro es si hacía falta otra novela sobre la guerra civil o la posguerra tras las exitosas y recientes Las 13 rosas o Soldados de Salamina. Probablemente la pregunta está mal encaminada. Uno se apercibe de ello al finalizar el texto. No se trata de una historia más de la guerra civil, básicamente porque los que conozcan un poco la historia de Canarias sabrán que allí guerra hubo poca. Básicamente se trató de un golpe de estado que partió de allí y que posteriormente desembocó en una atroz matanza de todos aquellos ciudadanos leales a la República. Fue una verdadera masacre entre vecinos pues todos se conocían y todavía no era Tenerife la isla paradisíaca que sería para los turistas a partir de los años 60. Hubo mucha represión y ese ambiente asfixiante, sumado al concepto de aislamiento del que ya habló Unamuno unos años atrás, es el que se refleja en La lista.
Otra particularidad es que uno de los personajes relevantes es un monje, el hermano Lucas, venido desde Francia y nada afecto al Régimen tal y como uno se apercibirá a lo largo de la historia. Curioso que sea precisamente un religioso el desencadenante de los sucesos posteriores cuando la iglesia en general estuvo tan al lado del bando victorioso. Pero no hemos de olvidar que también hubo religiosos leales a la democracia y a la República.
La lista refleja el ambiente de posguerra con realismo por lo que es deducible que ha habido un importante proceso previo de documentación.
Una de los aspectos destacables y que creo que es el trasfondo al que nos lleva la historia es la necesidad de que la memoria permanezca, de que los sucesos se conozcan, sean parte de nuestras vidas y se integren en nuestras realidades. Olvidar el sufrimiento de esas personas sería olvidar una parte de nuestra historia.
La Lista es una novela que avanza con lentitud en su inicio, partiendo de un hecho histórico puntual como es el intento de asesinato de Franco, pero luego avanza con rapidez. La parte final del libro se lee con una cierta agonía para llegar a conocer el desenlace. Es un libro altamente recomendable tanto desde el punto de vista histórico (a pesar de que existe una licencia literaria en algunos aspectos de la narración) como desde el punto de vista puramente novelesco. Un libro que nos acerca un episodio reciente de la historia de Canarias y  - por qué no- para disfrutar estas vacaciones.

martes, 3 de julio de 2012

UNA CIUDAD ASEDIADA DE MARGARET OLIPHANT



Una ciudad asediada
Margaret Oliphant
Prólogo de Jesús Palacios
Traducción de Jon Bilbao
Ed. Fábulas de Albión, 2012
231 pp
18 euros                           


Margaret Oliphant (1828-1897), pese a tener una importante obra costumbrista e histórica, es recordada por sus narraciones victorianas de fantasmas. No es de extrañar ya que su vida pudo parecer un drama  victoriano: desgracias familiares y  diversos fallecimientos de sus seres más allegados -hijos, marido, hermano y sobrino- provocan un permanente contacto con la muerte, y a eso se une la necesidad económica de ganarse la vida escribiendo para subsistir. De ahí una obra tan extensa.
Antes de hablar de la novela en sí hay que destacar el extraordinario prólogo de Jesús Palacios, Nuestra señora de los espectros. En él nos desgrana en tres partes Una ciudad asediada. La primera habla sobre la vida de Oliphant (Heroína victoriana). En la segunda parte (Lo visible y lo invisible) nos explica la producción literaria de la autora con respecto al “más allá”. En la tercera  (La ciudad de los fantasmas) nos desmenuza la novela. Vale la pena leer el prólogo con detenimiento.
En cuanto a la obra en sí, Una ciudad asediada fue publicada en 1880 y es una de las novelas más conocidas de Margaret Oliphant. La acción transcurre en Semur, una pequeña ciudad de Francia, en la cual sus habitantes vivirán un suceso sobrenatural: la ciudad será tomada por los espectros de sus fallecidos. Pese a que es una novela de fantasmas no es un relato terrorífico aunque la atmosfera que nos describe la autora así lo sugiera.
El relato de los hechos está narrado por varios de sus ciudadanos. El personaje principal es M. Martin Dupin, alcalde de la ciudad que se vanagloria de ser burgués y racionalista. No cree en Dios aunque respeta las creencias de los demás (p.53): “Soy un hombre de mi tiempo y estoy orgulloso de serlo. Me hallo poco dispuesto a rendirme al control del clero”.
Otra versión de la narración corre a cargo de Paul Lecamus. Según Dupin (p. 57-58) “es algo así como un visionario (…) es como un soñador, alguien que no alberga sino ideas absurdas”. Él le acompañará a la ciudad una vez que ha sido asediada.
Monsieur Bois-Sombre, un aristócrata que se hará cargo de los habitantes cuando Dupin se interna en la ciudad,  dará otra visión.
Madame Dupin, la esposa del alcalde, nos hará reflexionar sobre la condición de la mujer en la sociedad victoriana. Es una mujer dulce, casi sumisa (p.175): “Acompañé a mi esposo hasta las puertas de la ciudad. No era mi intención distraerlo (…) Quizá fue mejor que el mensajero no se tratara de una mujer; luego ellos podrían haber dicho que lo sucedido fue fruto  de un delirio, de un ataque de nervios. No somos fiables a este respecto, aunque no comprendo la razón”.
Por otro lado, la versión de la madre del alcalde, Madame Veuve Dupin es la de la mujer victoriana por excelencia: mujer recta, de férreas tradiciones y  fuertes convicciones morales y religiosas y con un sentido de la supremacía de las clases sociales indiscutible.
No hay que dejar de observar al resto de personajes  secundarios.
Con la narración de los personajes, Margaret Oliphant reflexiona sobre la moral victoriana: las férreas convicciones religiosas, el costumbrismo, las tradiciones y los conflictos entre las diferentes clases sociales.  Nos habla de ciudadanos embrutecidos que le dan más valor al dinero que a la religión. “Ese es el único dios en que se puede confiar en estos días” (p. 44). Sin embargo, una vez que han sucedido los acontecimientos paranormales, se vuelven más beatos que los demás.
 También reflexiona sobre las  diferencias entre hombre y mujer. Es curioso el párrafo de la página 46 en el que daría la impresión de estar leyendo a Jane Austen: “¿Es que los caballeros y las damas no hacen lo mismo? ¿Hay en el mundo algo, aparte del dinero, en lo que merece la pena creer? A la hora de hablar de matrimonio, vos preguntáis en primer lugar cuál será la dot; y a la hora de entablar trato en sociedad con alguien, preguntáis: ¿Ese tal Monsieur Untel es rico?”
 Por otro lado, existe un mensaje moral en el relato: los muertos se aparecen a los vivos como consecuencia de la falta de fe y su alejamiento de Dios. Curiosamente los espectros sólo se  aparecen a los descreídos. Nos recuerda, en cierto modo, al Cuento de Navidad de Dickens, aunque en este caso una ciudad entera está tomada por los difuntos.
Pese a que la novela está ambientada en una ciudad francesa, nos podemos imaginar a sus personajes en cualquier pueblo o ciudad de Inglaterra.
Una ciudad asediada es una novela altamente recomendable para aquellas personas a las que les gusta la novela victoriana, independientemente de si se trata de  una novela fantástica o de cualquier otro género. Por si fuera poco todo en una esplendida y cuidada edición.