jueves, 25 de marzo de 2010

UN EXTRAÑO VIAJE DE JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ LAPUENTE


Un extraño viaje
José Enrique Martínez Lapuente
Ed. Carena, 2009
176 pp
17 euros


En Un extraño viaje se dan cita dos mundos y dos maneras de entenderlos. La novela narra una historia de amor a lo largo del tiempo bajo el trasfondo de un mundo cambiante que va desde la clandestinidad de los años setenta a la Barcelona preolímpica, donde subsisten el ambiente de tascas en el que todo el mundo se conoce y la bohemia de artistas y escritores.

Rodrigo, personaje masculino principal cuyo nombre no aparece hasta el final de la historia, conoce a una mujer francesa que ha viajado a Barcelona para olvidar su fracaso matrimonial. La conoce de casualidad en una de estas tascas que ya han ido desapareciendo. El resultado será un amor fortuito en el que inicialmente se refugia Renée. A ella este amor le trastocará la vida y le hará plantearse lo que tiene y lo que desea con un ambiguo resultado. A él se le mantendrá en el tiempo. Y ambas visiones de sus sentimientos sólo coincidirán en un principio para escindirse a continuación. A esa historia de amor, que ya es pasado cuando se narra, se le superpone otra también con una mujer francesa, Nadinne, con la cual Rodrigo volverá a alguno de los lugares donde estuvo con Renée y eso provocará que constantemente se vayan entremezclando los recuerdos de lo antiguo con la visión del presente.


La primera parte del libro contiene la narración de Rodrigo, de sus viajes al sur de Francia y de sus visitas a la Barcelona bohemia. La segunda parte contiene la visión de Renée a través de su psicóloga.


A remarcar que la narración a veces se desdibuja al profundizar en esa bohemia en la que sobresale Víctor, el amigo artista de Rodrigo. Da la impresión de que el autor, al referirse a ese relato secundario, pierde el hilo narrativo principal. Los devaneos de Rodrigo por ese mundo canalla no llegan a aportar un punto de vista significativo a la historia principal. Quizá, únicamente, mostrarnos algo de la Barcelona preolímpica.


Así la segunda parte de la novela nos llega cuando la primera ha empezado a decaer un tanto. Las confesiones ante el diván son narradas al ralentí. Tal vez se podía haber contado con muchas menos palabras, seguramente eliminando partes del relato secundario y también de las visitas al psicólogo. Hay quizás una pérdida del tempo de la narración que se hace más lento de lo que debiera.


Puede considerarse que esta primera incursión de José Enrique Martínez Lapuente en el mundo de la novela tiene un resultado de aprobado. A Martínez Lapuente se le ve oficio narrativo y es por tanto que habremos de ver sus futuros proyectos literarios.

martes, 23 de marzo de 2010

LA PEDRA INSÒLITA DE FELIU FORMOSA I SANDRA MORERA


La pedra insólita
Feliu Formosa i Sandra Morera
Ed. Meteora, 2009
119 pp
18 euros

Qué sap la pedra d´aquell que la transforma? Qué sap la paraula d´aquell que l´empra per crear bellesa? Aquestes dues preguntes potser no es resolen al llibre però com a mínim ens faran pensar.

La pedra insòlita és un llibre fet a sis mans amb els versos d´en Feliu Formosa, les fotografies de l´Anna Vila i les pedres pintades, que són el naixement de tot, de la Sandra Morera. Un projecte de creació solidària, una cadena d´amor desde la paraula, la fotografia i l´objecte. Bàsicament amor i art barrejats. En el seu art bàsic el propòsit és més que reeixit, una integració absoluta entre la creació visual i la paraula.

La Sandra va crear l´objecte, les pedres pintades. La seva mare, Anna Vila, les va fotografiar i Feliu Formosa les va donar la veu. Quelcom al món ha d´ésser meravellós per veure algunes pedres dins d´un paissatge com a part d´ell, precises en la seva col.locació que ningú podria trobar cap lloc més escaient.

Cercant la forma i l´equilibri entre el que és l´objecte i les paraules que intenten buscar el seu orígen, com al vers de Formosa:

Grutes i màscara
grotesca. La insistència
del temps i de l´aigua.

I dins de l´objecte mínim el poeta cerca l´expressió mínima.

El primitivisme dels colors bàsics de les pedres es quasi com la brevetat de cada poema: una paraula, un so darrera l´altra com una imatge darrera l´altra i com ens omple tot per dins.

lunes, 15 de marzo de 2010

ESTRELLA ROJA DE ALEXÁNDER BOGDÁNOV


Estrella roja
Alexánder Bogdánov
Traductores: James y Marian Womack
Ed. Nevsky prospects, 2010
270 pp
14,65 euros

La vigencia de los géneros literarios viene dada por el interés que demuestran los lectores en ellos y por su capacidad de adaptarse a las épocas.


Alexánder Bogdánov (1873-1928) creó en 1908 la novela Estrella roja, novela que se ha venido catalogando como pre-stempunk, género que se encuentra integrado por las obras que nos hablan de ciencia ficción desde la perspectiva del s XIX. En dicho género encontraríamos las novelas de Julio Verne o de H.G. Wells. La traductora del libro Marian Womack tiene a bien explicarnos algunas características del género en el postfacio del libro.


¿Qué cuenta la novela de Bogdánov? Bajo un argumento relativamente simple se encuentra una narración con diversos niveles de lectura. En el más básico, narra la aventura de un ciudadano ruso, Leonid o Lenni, que en los momentos prerevolucionarios de la Rusia de 1908 es captado por una organización, representada por Menni, que resultará ser marciana. El propósito es viajar con él a Marte para servir de contacto en las futuras relaciones entre Marte y la Tierra. Pronto Lenni descubre que en el planeta rojo impera una sociedad socialista como la que él desearía en su Rusia natal y accede a las bondades del sistema. Pero todo se viene abajo en el momento en que encuentra la parte negativa. Bogdánov utiliza el texto para dar a conocer algunas de las ideas de su credo poniéndolas o bien en boca de los marcianos, o bien en la del protagonista terrícola, Lenni. Si bien la obra no se caracteriza por un exceso de originalidad argumental leída por un lector del siglo XXI, hemos de tener en cuenta el momento en que aparece y hacer un ejercicio de abstracción intentando imaginar cuántas obras posteriores han nacido con argumentos similares.


La editorial Nevsky Prospects nos ofrece un inédito en castellano, en una cuidada y original edición, que resulta fácil de leer a pesar del aparato intelectual que la rodea. Si bien puede entrarse en un segundo nivel de lectura si tenemos en cuenta que el propio autor fue uno de los personajes que estuvo cerca de Lenin -¿quizá algo que ver el nombre del protagonista con esta circunstancia? – aunque, posteriormente, sus ideas terminaron de apartarlo de él. En este segundo nivel de lectura asienta las bases de la revolución y, sobretodo, de temas como la sanidad, la organización del trabajo, la educación, las ciudades, etc … Ideas que contempladas desde nuestra actualidad suenan un poco desfasadas y decimonónicas.


Volviendo al género steampunk, cabe destacar la reciente publicación de la obra de Félix J. Palma, El mapa del tiempo, en la que un lector avezado encontrará puntos de similitud con Estrella roja en cuanto a época y características tecnológicas subrayando así la vigencia del género.


Quizá dentro de la parte negativa encontraríamos algunos errores de traducción y tipográficos que sin llegar a entorpecer la lectura sí son reseñables.


Los amantes de la ciencia ficción prepárense para disfrutar de un libro que se lee con rapidez y que nos sitúa en el progreso tecnológico del siglo XIX y cómo se contemplaba entonces (el propio autor falleció tras una transfusión experimental de sangre realizada sobre sí mismo). Recomendamos este clásico de ciencia ficción. ¡Abróchense los cinturones que va a despegar el eteronef!

viernes, 12 de marzo de 2010

ENTREVISTA A INMA ARRABAL


Inma Arrabal nos sorprende con un nuevo poemario titulado La poesía es una enfermedad cardiovascular en el que ahonda en la enfermedad poética.

Luis Vea García. Barcelona


-¿Cuesta asentarse como poeta?

Para poder "asentarse" o sea establecerse y encontrar un lugar como poeta reconocido, en esta época que nos ha tocado vivir, es necesario primero "moverse". Y cuando digo moverse lo digo en todos los sentidos: escribir, por supuesto es lo primero, después tener contacto con compañeros que estén relacionados a su vez con otros poetas, tertulias y círculos literarios. Hay que aprovechar la facilidad que la técnica pone a nuestro alcance por medio de los correos electrónicos, las páginas webs, los blogs, las revistas, etc, etc... Y aún así, es muy difícil. Muy difícil. También influye la suerte, esa suerte que hace que estés en el lugar adecuado, en el momento preciso y con la persona que podría ayudarte a que ese "asentamiento" fuese más fácil. Pero todo eso a mí no me preocupa. Yo soy poeta. Buena o mala, no lo sé. Quienes me lean opinarán. Por eso, porque soy poeta escribo poesía, es una necesidad para mí; escribir es lo que me importa y no pienso en si me "asiento" o no. Procuro moverme por donde quiero y me gusta. Y no me ha interesado nunca relacionarme con personas que quizá sí podrían ayudarme, si esas personas no me interesan también en otros aspectos y por otras cuestiones.


-Si La poesía es una enfermedad cardiovascular, ¿los poetas somos enfermos del corazón?

Hay muchas definiciones de Poesía, y yo me inventé esa. Quiero pensar que es una enfermedad del corazón que puede contagiarse y que no tiene cura. Yo estoy "invadida" porque procuro poner el corazón en todo lo que escribo. Si todos los poetas ponen el corazón, además de la cabeza, al escribir, entonces mi definición vale para ellos, si no es así por supuesto que no vale. No puedo generalizar.
"La Poesía es una enfermedad cardiovascular
que se contagia.
Nada la anuncia.
Llega sin avisar.
Un día abres los ojos y ya está ahí,
acechante.
Se derrama por los dedos,
se vuelve ascua en la boca,
apaga y enciende lunas y lugares
y florece en sueños y desengaños"

-¿Qué ha dejado esta guerra en favor o en contra de la poesía de la experiencia?

No sé si te refieres a que a finales del siglo XX ya declinaba esta llamada poesía de la experiencia o nueva sentimentalidad y parecía emerger una más notoria entre los jóvenes y más reflexiva, poesía de la conciencia.La poesía de la experiencia se aleja de la individualidad estilística y temática de los autores "novísimos" anteriores y se caracteriza por utilizar un lenguaje coloquial y reflexivo a partir de acontecimientos o situaciones cotidianas.No voy a entrar aquí en una clase magistral, aunque habría mucho que hablar sobre eso, pero sí te diré, que bien entrados los años 90 empieza un descrédito de esa poesía por su "abuso" en la lírica española.En realidad, a mí, todas esas cuestiones de guerras entre "bandas literarias" me interesan hasta cierto punto, creo que sólo sirven para alimentar prejuicios. Simplemente procuro estar un poco informada. Yo intento leer a cada escritor sin tener en cuenta de que lado está. Hay buenos poetas en todas las tendencias literarias. Si acaso estoy muy de acuerdo con un escritor, Luis Antonio de Villena. Él dice que hay poesía buena y mala. La buena podemos analizarla, estudiarla, y entonces veremos que, como todo, la buena poesía tiene pluralidad de caminos. Ninguno vale más ni menos que otro. Por eso no seré yo quien diga cuál es la mejor poesía y que tendencia se debe seguir. Porque es muy lógico y normal y también deseable, que unas tendencias poéticas dejen paso a otras nuevas. Y es lógico porque en la poesía se reflejan las circunstancias políticas, económicas, espírituales, etc, de la generación en que nos ha tocado vivir. Por eso tiene que haber cambios.Resumiendo un poco: ¿Qué hay a favor o en contra de la poesía de la experiencia? Pues creo que no sé decir nada. Sólo que ha habido una evolución, como siempre la hubo en otras épocas y que esta evolución ha dado paso a las corrientes poéticas de los años de transición del siglo XX al XXI. Estas corrientes poéticas son hoy día difíciles de percibir debido a la gran cantidad y proliferación de nombres nuevos, libros, manifiestos, revistas... Algunas antologías literarias ayudan a visualizar las tendencias generales, pero ya se sabe que en ellas ni estan todos los que son, ni son todos los que están.Actualmente creo que hay diversas corrientes que se están produciendo en el marco poético español. No tienen una tendencia común, ni atienden a limitaciones geográficas, ni a condicionantes de edad; les une la fidelidad y la sincera dedicación al verso. Se observa una apertura hacia una pluralidad estética. Se ahonda en la meditación, se busca una nueva materialidad del lenguaje con una fusión entre otras fuentes plásticas, como pueden ser, la música, audiovisuales, cine, televisión...Creo que esta diversidad puede explicarse por la necesidad de asimilar las nuevas estructuras sociales y de comunicación, que han intensificado la posibilidad de intercambios culturales.Por eso creo que es bueno que cada vez haya más poetas que se enfrenten a su época y a la escritura con lucidez e independencia.No sé si con esto he dicho algo de lo que querías saber. Seguramente me he ido por las ramas, pero hay preguntas que dan pie para extenderse más de la cuenta.

-¿Por qué siendo la poesía un género tan minoritario genera tantas rencillas?

Las rencillas surgen por cualquier cosa, creo que es algo innato en el ser humano, ya se sabe, la envidia, la ambición, el orgullo, las apariencias...Pero quizá también puede influír que en la poesía se expresan ideologías, valores, sentimientos, ya sabes, lo que te decía antes, de escribir poniendo el corazón. Y, ¡claro! si te "tocan" el corazón y tus principios, uno salta. Digo yo que será por eso, ¡vete tú a saber...!

-En La poesía es una enfermedad cardiovascular se capta un atisbo de alegría, pero al pronto resurge la tristeza y la melancolía. ¿Es éste el tono vital en el que escribes?

Pues parece ser que sí. Todo el mundo me pregunta por qué escribo cosas tristes, ya que en general me consideran una persona activa y alegre. Lo que pasa es que si oigo una música, la bailo, si brilla el sol, lo tomo, si veo una flor, la disfruto y la huelo. Vivo todos los momentos agradables que me brinda la vida con intensidad, por eso me considero una persona afortunada. Pero cuando veo o padezco una injusticia, cuando algo me hace daño o escandaliza, cuando me siento impotente para solucionar cosas tremendas que ocurren y no se pueden evitar, pues todo eso me provoca un estado "especial" que es lo que me impulsa a escribir y ¡claro! no escribo cosas divertidas, si acaso con una leve ironía. Sin embargo, me encanta jugar con las palabras y a veces, las menos, sale algo que no es triste, tampoco divertido, pero creo que sí es algo curioso...

-En Por matar tiempo hiciste una incursión en la novela, ¿tendrá continuidad?

Espero que sí, de hecho tengo una nueva novela empezada: "El invierno de las cerezas". Además en mi cabeza ronda otra, inspirada en: "Folletino", un relato de mi libro: Espíritus líquidos.

-Sura, Amayamar, Los que no volvimos, La poesía es una enfermedad cardiovascular... Se observa un incremento en la introspección. ¿Todo el material poético está dentro?

Todo el material poético está fuera, yo "capto" de algún modo este material. Me impregno de él, pasa a formar parte de mí y luego procuro sacarlo de mi interior lo mejor que sé. No cabe duda de que con el paso del tiempo, la edad y la experiencia, uno se hace más reflexivo, menos impulsivo, al menos a mí me está ocurriendo y supongo que eso se ve.


-¿Sigues la poesía de algún autor en concreto?

Cuando leo, no escribo, y cuando escribo no leo. ¿Por qué? Pues porque quiero aprender de otros autores, pero no sentirme influenciada por ellos. Creo que tengo mi propio estilo, mi propia voz. Ahora bien, por supuesto que hay algunos poetas a los que considero geniales (que conste que nombro sólo a poetas, ya que estamos hablando de poesía, y no a escritores en general). Por ejemplo: Fernando Pessoa, César Vallejo, Leopoldo Mª Panero, Cesare Pavese, Sylvia Plath, Miguel Hernández, Rainer Mª Rilke ... la lista sería interminable.


-¿Trabajas ya en algún proyecto más?

En la novela que te he nombrado anteriormente: El invierno de las cerezas, y estoy terminando un poemario: Versos inconexos. Pero tengo algunos más acabados y en espera de edición: Una mirada al absurdo, Sílice (SiO2) y El corazón es un pájaro que llama...



-¿Qué hay que hacer para enganchar al lector en la poesía?

Creo que hay que "huir" del lenguaje complicado y barroco. El lector tiene que sentirse identificado y comprender lo que está leyendo, (aunque entienda algo diferente a lo que el autor ha querido expresar). Debe sentirse "partícipe" de la lectura. Y aunque se dice que las poesías no deben explicarse, a mí me parece que si el lector conoce un poco de la vida del autor y las razones que ha tenido éste para escribir una cosa y no otra, eso ayuda a que se sienta atrapado por la lectura, aunque sólo sea por curiosidad. Y algo es algo. Creo que en las tertulias y recitales que se hacen, se debería dar más importancia a estas cosas y no empezar a leer de corrido un poema tras otro. Por muy bien que el poeta lea y por muy buenos que sean los poemas, si el oyente no tiene en la mano el poema escrito, o si el poema es muy extenso, lo más probable es que al segundo poema el asistente a la tertulia "desconecte" y se distraiga con el vuelo de una mosca.


Gracias por tus palabras, Inma, y esperamos con impaciencia tu próximo proyecto.

jueves, 11 de marzo de 2010

LA POESÍA ES UNA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR DE INMA ARRABAL


La poesía es una enfermedad cardiovascular
Inma Arrabal
Huerga y Fierro Editores, 2009
70 pp
12 €


Inma Arrabal no es una recién llegada al género poético y eso lo atestiguan sus libros publicados: Sura, Amayamar, Los que no volvimos y, ahora, La poesía es una enfermedad cardiovascular. En este nuevo libro que parece creado para explicar a los lectores qué es para la autora la poesía, nos ofrece un vademécum para curar la enfermedad poética. El libro se divide en tres partes: La enfermedad, Poemas cardiovasculares y Efectos secundarios (Siete desatinos). Hay un poema breve de la primera parte que define bien la poética que Inma Arrabal sostiene en su libro:

"No hay remedio para esta enfermedad
que se contagia en lunas.
Sólo sé que las palabras
pasan por las esquinas de las hojas en blanco
condensándose en poemas nuevos.

Quizá pueda sanarme
cuando uno de ellos me salga perfecto
o cuando mi corazón destile violetas
y deje de hacerse preguntas
que no tienen respuesta"

Inma Arrabal maneja con destreza las palabras y los significados de forma que el vocabulario es como plastilina anhelante de que se le dé forma.

"Entonces dejaré de escribir,
antes de que el vestido del lenguaje
se me quede pequeño"

Los textos están llenos de imágenes que evocan:

"Las sonrisas falsas se descoserán;
la lluvia desertará de las nubes"

de fantasía que se desborda con el añadido de que tiene la virtud de situarnos al final en la realidad:

"El color de la noche disfraza las palabras"

y sus sentencias caen a veces como un mazazo:

"Y me marcharé de aquí convertida en tierra nueva
hacia otra inclemencia que no sea la tuya"

De ahí el tono general melancólico y triste.

Pero Inma juega también con el lector y silenciosamente le propone:

"(Si no lo entendéis, anotad vuestras preguntas
en el cuaderno anaranjado del horizonte)"

Y si bien el tono general es triste, entre los versos siempre hay un recodo para hablar del amor, un amor que en Inma siempre tiene algo de erotismo:

"La soledad se aparea , haciendo un trío
con hechizos y nostalgias"

Y más evidente en el siguiente fragmento:

"En la obscuridad prohibida de unos jardines,
me dejé desflorar a medias"

Y un ejemplo más:

"mientras una mujer
despeina su virginidad"

Pero como no todo es tristeza, recomiendo que no se dejen de leer el Séptimo desatino, un prodigio de juego poético en el que la autora se mueve a la perfección.

martes, 2 de marzo de 2010

SARINAGARA DE PHILIPPE FOREST


Sarinagara
Philippe Forest
Ed.Sajalin, 2009
263 pp
18 euros


¿Cómo enfrentarnos al dolor de una pérdida? Esa pregunta universal a la que tarde o temprano tenemos que responder vertebra las historias narradas en Sarinagara.

Hace unos años asistí a una conferencia en la que el tema a tratar era "Cómo afrontar correctamente la pérdida", eso que aquel conferenciante, psicólogo y médico, denominaba afrontamiento. Podríamos decir que el tema del dolor, de la pérdida es uno de los universales en la literatura y que, estrictamente, aborda un sentimiento muy humano, una experiencia básicamente compartible. Desde este punto de vista Philippe Forest no aporta ninguna novedad, pero no lo pretende, porque su enfoque es un enfoque que nos habla de vidas, de humanidad, de experiencia y de dolor. No parte desde un punto de vista psicológico, ni médico ni científico.

Es difícil definir y catalogar este libro. Si partimos de la idea barojiana de novela, saco donde cabe todo, podemos catalogarla como tal, pero desde el punto de vista de la novela decimonónica nos encontraríamos fuera del canon. A caballo entre la escritura diarística y las biografías, el lector no encontrará la clave hasta el final. Clave que le ayudará a entender qué plantea el autor y cuáles son las estructuras comunes que hacen de nexo para unir las diversas historias. Pero empecemos por el principio.

Philippe Forest crea un libro a partir de una palabra: sarinagara, que en japonés significa sin embargo. Uno de los haikus más conocidos de Kobayashi Issa, poeta japonés, (1763-1827) dice: sólo rocío-es el mundo, rocío-y sin embargo. Y ese último verso justifica esta novela. Un verso que deja todo abierto, que habla de todo lo que es la existencia, la vida y la pérdida. Un verso por el que bien vale conocer la historia de su autor.

A Philippe Forest le atormentó un sueño, un sueño que con el tiempo se hace realidad. Un sueño aterrador que nos conduce hacia un sorprendente final. Pero los sueños sólo se hacen realidad cuando se olvidan.

La vida del autor es el tránsito por el que se precipitan las historias, tránsito que nos lleva a conocer a Kobayashi Issa, uno de los poetas japoneses más reconocidos pero también a Natsune Soseki (1867-1916), novelista iniciador de la novela moderna, y a Yosuke Yamahata (1917-1966), fotógrafo conocido por ser el primero en fotografiar la catástrofe de Nagasaki tras el lanzamiento de la bomba atómica.

Las desgracias vividas por estos tres autores a lo largo de sus vidas, historias de abandono y de pérdida en el caso de Issa, de desarraigo y hastío en la de Soseki y de culpabilidad en el caso de Yamahata, nos muestran nuestra debilidad y nuestra fortaleza, nuestro lado más humano y también el más vil.

Philippe Forest escribe Sarinagara después de dos libros en los que el tema fundamental es la pérdida, el fallecimiento prematuro de su hija. Tras estos dos primeros libros en los que afronta la experiencia de modo directo, decide escribir esta novela con una misma temática de fondo pero desde un punto de vista diferente. Obsesionado por esa muerte que marca su vida no sólo como autor, sino también como persona, busca encontrar el mecanismo que le haga soportable ese dolor y piensa que viajando encontrará su significación. Y ese mecanismo, como aquel sueño que se olvida y que acaba cumpliéndose, lo encuentra compartiéndolo con otras historias de otras pérdidas. En Japón, y no es vano que ocurra en ese lugar en donde las historias de esos tres personajes se unen.

Philippe Forest esgrime una prosa de gran delicadeza formal pero no exenta de profundidad, fácil en su expresión pero, al mismo tiempo, densa en su pensamiento. El lector no encontrará en Sarinagara una historia ligera de digerir pero sí la promesa de una experiencia real, que se percibe y se siente como propia desde la primera línea, profunda y sensible.

Leer Sarinagara es hacerse más humano, es compartir el dolor de alguien que lo sintió cerca para revivir y renacer porque, como nos señala el autor, "sobrevivir es la prueba y el enigma". En definitiva, una experiencia emocionalmente intensa.