lunes, 25 de octubre de 2010

EL ESCÁNDALO LEMOINE DE MARCEL PROUST


El escándalo Lemoine
Marcel Proust
Traducción de Laura Naranjo y Carmen Torres
Ático de los libros, 2010
106 pp
9.90 euros



Marcel Proust, antes de llegar a la cúspide de En busca del tiempo perdido, escribió esta pequeña obrita de poco más de cien hojas que acertadamente desempolva Ático de los libros en su colección denominada Breves del Ático. El escándalo Lemoine es en sí mismo un pequeño ejercicio retórico, una prueba de pruebas o un ensayo metaliterario. Si me lo permiten, es un divertimento a modo de ejercicio de estilo, de ejercicio de posibilidades narrativas, un poco buscando voces y formas. Algo así como lo que Raymond Queneau nos proponía en sus Ejercicios de estilo.





El argumento del libro es casi un macguffin, una excusa narrativa para desarrollar una o varias tramas. Y el argumento en sí mismo es bastante escueto y tiene su origen en el caso real de un químico, Henri Lemoine, que ofreció a la empresa más importante de diamantes, De Beers, la fórmula para crearlos químicamente, cosa que era claramente una estafa. Estafa en la que llegó a caer y perder dinero el propio Proust que resignado utilizó la historia para desarrollar la trama de su libro, El escándalo Lemoine. El argumento en sí es bastante pobre si no fuera por el planteamiento que el propio Proust desarrolló y que lo convierte en una genialidad. ¿Por qué no contar la historia desde el estilo de algunos grandes escritores franceses? Así Proust acaba imitando a Flaubert, Balzac o Saint-Simon. Pero no termina ahí la ironía. La parodia va más allá y también se permite el lujo de ponerse en la piel del crítico y criticarse a sí mismo. O plantearlo como si fuera un folletín o un episodio de los diarios de Goncourt. Casi están todas las formas narrativas desarrolladas y cuesta ponerse en la tesitura de que una misma trama simple y escueta pueda contarse de tantas formas diferentes.

El lector avispado podrá bucear e intentar descubrir algunas perlas escondidas y notas de humor de las que no está exenta esta pequeña joyita de Proust, una de esas obras desconocidas que de no ser publicada en este formato no llegaría al público en general.


Aconsejo encarecidamente buscar los gazapos y trampas a las que nos somete el genio de Proust. Y para muestra, en las páginas 41 y 42, hay una crítica de Goncourt hacia la actitud de Proust en relación a Zola. Sabiendo que el texto se lo dirige Proust a sí mismo. ¿O quizá no? Me temo que éste es un pequeño pitorreo literario del que los especialistas en literatura francesa podrán sacar más jugo. Y el lector también.

2 comentarios:

  1. Yo tengo una traducción de esta obra bajo el titulo "El caso Lemoine".Nunca había leido un ejercicio literario tan virtuoso y creativo. En el momento en que llegue al apartado donde Proust habla en boca de Renan,criticando a Proust, me parecio algo casi esquizoide, por lo que decidi buscar en la red cual era la situación deesta obra. LLegué aquí y aquí estoy.
    Saludos

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  2. No conocía este libro de Proust y eso que es el autor cuya obra he leído más veces.
    Romek

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