jueves, 30 de diciembre de 2010

DE HABLAR CONMIGO DE JOSÉ GANIVET ZARCOS


De hablar conmigo
José Ganivet Zarcos
Ed. Zumaya, 2010
77 pp.
12 euros


José Ganivet Zarcos, profesionalmente dedicado a la enseñanza, nos presenta el poemario De hablar conmigo. Por su nombre uno podría pensar que el contenido del poemario llevaría consigo una autoreflexión y que giraría en torno al yo, en este caso al yo poético. Sin embargo De hablar conmigo es un libro que posee mucho de contemplación, no en vano una buena parte del mismo contiene poemas donde la descripción de paisajes y naturaleza resulta fundamental.


Es De hablar conmigo un libro de temática y formas variadas. En materia formal, y pese al predominio del soneto, existen otros tipos de composiciones sin rima. Sobre el tema ya he destacado la presencia del paisaje como elemento fundamental, pero hablamos de un paisaje cercano, un paisaje que sirve de referente al autor, paisajes conocidos quizá de la niñez, de lugares visitados que han dejado huella tanto para cantar su contenido como para describirlo. Quizá en ese punto encontramos la autoreferencia que denota el título De hablar conmigo. ¿El autor habla consigo mismo a través de los paisajes que se impregnaron en sus recuerdos? ¿Sirven esos mismos recuerdos para preguntarse a sí mismo?


Otro de los aspectos destacables es la presencia, numerosa presencia, de elementos que nos acercan o hablan de religión. Es posible que ese interés por lo espiritual venga dado en estos poemas por una preocupación latente del autor, no en vano en su propia biografía señala sus numerosas colaboraciones en trabajos de trasfondo religioso.


Contiene además un poso melancólico presente en numerosos poemas. Melancolía que no excluye cierta vitalidad –“desbordados los cauces de la vida” (p.13)-. Sin embargo predomina en la segunda parte del libro cierto sesgo romántico y como nota general a lo largo de todo él la presencia de una expresión con cierta tendencia al arcaísmo.


Es la poesía de José Ganivet Zarcos una poesía que no busca el recurso estilístico pero sí contiene un especial cuidado del lenguaje, probablemente por ese poso que destila de poesía clásica con reminiscencias modernistas y machadianas.


De todos los poemas destacaría el presente:

Síndrome de Sthendal

Cada torre se eleva como un ángel
sobre el puente del Arno iluminado;
como un bosque de ojivas defendido
por efebos con honda y con facas.

Enajenan el alma, sus cimientos,
tanto escorzo de mármol desnudado,
tanto gesto sublime, tanta gracia,
redimidos de tiempo y de torpeza.

Luego miras tus ojos con tus ojos,
los estragos del tiempo en el espejo,
consumida la boca, deshojada,

Y constatas la orina en los portales,
la humedad extendido por los zócalos
y esta herrumbre que anega las calzadas.

lunes, 20 de diciembre de 2010

LOS MARES DETENIDOS DE CARLOS ÁLVAREZ-UDE


Los mares detenidos
Carlos Álvarez-Ude
Trama editorial, 2010
104 pp
14 euros



A Carlos Álvarez-Ude (1953-2010) le llegó la publicación de su único libro de poesía, Los mares detenidos, tarde. Tarde pues fue editado el ocho de febrero y falleció el pasado diecisiete de abril. Sin embargo los que le conocieron destacan su gran cultura poética. Parece entonces extraño encontrarnos ante un poeta –aunque no solamente poeta, también editor y agitador cultural conocido por haber sido parte de la revista Ínsula- con un único libro de poesía editado.


Los mares detenidos es un libro básicamente de temática amorosa, focalizada en la figura de Alejandra –de hecho uno de los poemas lleva su nombre- . Alejandra Díaz Ortiz, escritora mejicana, fue su esposa.


Leyendo el poemario de Álvarez-Ude uno se apercibe de la plenitud amorosa en la que vivía el autor y que se constata en cada uno de los poemas de Los mares detenidos. Unos versos que son, seguramente, deudores de una larga tradición de poetas que han cantado al amor. Hay aromas de Bécquer, de Neruda, de Benedetti. Sin embargo hay una idea que rota a través de muchas de las estrofas, una reinterpretación de un verso de Gil de Biedma de su composición No volveré a ser joven. Ese verso que en Biedma es “que la vida iba en serio”, Álvarez-Ude lo hace suyo en diversas ocasiones como “que vivir va en serio” (p.29), “y la vida va en serio” (p.43), o “la vida va en serio” (p.53). Esa reiteración de una misma idea que recorre todo el libro como poso de una cierta melancolía no sabe uno si era la premonición de una muerte cercana o la fatal casualidad.


Del poemario cabe destacar algunas ideas o subtemas que parten del tronco común de la expresión del amor: el proceso de enamoramiento, la vuelta a la inocencia perdida, la incertidumbre del amor, las esperas que provoca y los estados de plenitud y de ausencia. Todos ellos se desarrollan en las páginas de Los mares detenidos, poemario que se divide en cinco partes: Los mares despiertan, Los mares escuchan, Los mares se detienen, La mar y Colofón. En los tres primeros se habla básicamente del proceso de enamoramiento y en el cuarto del amor en sí mismo. Quizá en el Colofón descubrimos algunas claves más. Destaco el presente poema de entre todos ellos situado en esta parte final. Se titula El gesto:


Un vaso en la tierra que nunca se llena,
pero rebosa una lágrima que coges caliente
y, luego, se hace vapor, respiración, anhelo
y palabra, sobre todo, palabra y, por si se pierde,
un gesto, un simple gesto de amor infinito.

Es Los mares detenidos un libro sencillo de leer y entender, incluso para el profano en el género poético. De entre sus virtudes: la sencillez, a veces incluso excesiva, la cercanía y la sinceridad. Apenas encontramos artificios estilísticos: la reiteración, las contradicciones o las paradojas en versos relativamente desnudos y sin florituras, con un lenguaje asequible.


Como comentario final destacar un apartado llamado ¿Quién es Carlos Álvarez-Ude ? donde una serie de nombres conocidos opinan sobre el autor junto con otros tantos de amigos y parientes.
Sólo queda leer Los mares detenidos, qué mejor homenaje a un poeta que leer su obra.

lunes, 6 de diciembre de 2010

LA ÚLTIMA LLUVIA DE FRANCISCO MORALES LOMAS


La última lluvia
Francisco Morales Lomas
Ed. Carena, 2009.
79 pp.
10 euros.

Francisco Morales Lomas es un autor multipremiado tanto en prosa, poesía o ensayo. De su poesía destaca su vocación humanista que trasciende al hombre y nos acerca a la espiritualidad, espiritualidad que se ve reflejada en el libro La última lluvia con más de una alusión a la religión. Sin embargo no es La última lluvia un libro con una unidad temática. En la primera parte básicamente dominan los temas en los que el agua adopta un papel fundamental tal y como se expresa en el título, ya sea en su vertiente marina o de lluvia. En la segunda parte del libro destaca también la presencia de elementos relativos a la tierra andaluza, su querencia por los paisajes, la alusión a los colores y a la tauromaquia.


No sólo se puede hablar de una inexistencia de unidad temática concreta, tampoco hay una unidad estilística pues encontramos composiciones poéticas rimadas y composiciones sin rima. Las composiciones rimadas adoptan la forma de soneto. Lejos de ser una dificultad esta variación de temas y formas nos da una visión global de los asuntos que preocupan al autor y aquellos que constituyen su nudo poético.


El aficionado a la poesía encontrará en los poemas de Francisco Morales Lomas un cierto clasicismo, a veces un lenguaje excesivamente barroco o intrincado que, en ocasiones, resta un poco de espontaneidad a la composición y la lastra con abundancia de adjetivaciones que parecen gustar mucho al autor.


Gusta a Francisco Morales Lomas jugar con las contradicciones y reiteraciones en el lenguaje, también con las paradojas. A veces nos conduce a afirmaciones contundentes, en otras ocasiones nos arrebata con su suavidad y nos sorprende con sus cierres en los poemas. Por lo general no se prodiga en la crítica social pero uno de los poemas que más he disfrutado ha sido el presente sin título:

Ya llegó el amigo americano
con asombro ante los cristales rotos.

Con la angustia que precede a la nada
y es un falso propósito para la conquista.

Lleva el paso cambiado
y la torpeza de precipitarse por el vértigo
de lo que en su caída, brota.

Como brota la muerte en los cementerios
y en la ágil desmemoria.

Volviendo siempre hacia ninguna parte,
lugar ancho donde claudica el mundo.

Envolviendo las cosas con palabras
para que huelan mejor y eviten las heridas.

Disfruten del descubrimiento de este autor, sobre todo los lectores a los que apasionen las formas clásicas.

jueves, 25 de noviembre de 2010

ORGULLO Y PREJUCIO Y ZOMBIS DE JANE AUSTEN Y SETH GRAHAME-SMITH


Orgullo y prejuicio y zombis
Jane Austen y Seth Grahame-Smith
Traducción de Camila Batlles Vinn
Ed. Umbriel, 2009
381 pp.
16 euros


Orgullo y prejuicio fue escrito por Jane Austen en 1796 y publicada en 1813 de manera anónima y considerada como unos de los grandes clásicos de la literatura inglesa.


El argumento de Orgullo y prejuicio sería la historia de la familia Bennet, una familia burguesa alocada y arruinada, que tiene cinco hijas casaderas y cuya madre, una mujer bastante vulgar e histérica, hará lo imposible para que hagan un buen matrimonio, a ser posible con un hombre rico. Viven en una pequeña y tranquila localidad inglesa, Meryton, muy cerca de Londres. El problema comienza cuando se aloja en la localidad el Sr. Bingley, joven apuesto y adinerado, que vendrá acompañado de sus hermanas, su cuñado y su amigo, el Sr. Darcy, un hombre tan orgulloso y recto como guapo y rico. El Sr. Bingley se enamora de Jane, la mayor de las hermanas Bennet, y el Sr. Darcy se enamorará de Elisabeth. Tanto el Sr. Darcy como Elisabeth Bennet tendrán que luchar contra el orgullo de él y los prejuicios de ella para con él. Y en toda la trama aparecerán personajes muy interesantes que dan una idea de cómo se vivía en la Inglaterra durante el reinado de Jorge III.


Seth Grahame-Smith publicó Orgullo y prejuicio y zombis en el 2009. En él combina la extraordinaria novela de Jane Austen con zombis que devoran a seres humanos para comerles el cerebro. En ella, las hermanas Bennet lucharán contra los innombrables o zombis siguiendo las técnicas aprendidas bajo la tutela del maestro Liu en el templo de Shaolin en la provincia de Henan.


El primer capítulo de Orgullo y prejuicio comienza: “Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero y rico necesita tomar esposa”. (1)


Así comienza Orgullo y prejuicio y zombis: “Es una verdad universalmente reconocida que un zombi que tiene cerebro necesita más cerebros”.


En esa época la mujer debía ser educada para el matrimonio y la maternidad. Instruirse en las doctrinas morales y enfocar la educación hacia las tareas propiamente femeninas: la religión y los talentos (música, canto, baile, bordados…), y apartándolas de otros conocimientos que podrían provocar que la mujer fuese poco atractiva para los hombres. Jane Austen prefiere una educación más liberal para la mujer sin tener en cuenta todos estos talentos.


En el capítulo 8 de Orgullo y prejuicio podemos encontrar el siguiente párrafo: "Una mujer debe tener un conocimiento completo de música, canto, dibujo, baile y lenguas modernas para merecer el calificativo (talentosa); y, además, ha de tener un cierto no sé qué en su aire, en su manera de andar, en el tono de su voz, en su trato y en sus expresiones, sin lo cual el dictado sólo es merecido a medias.”


En el mismo capítulo 8 pero de Orgullo y prejuicio y zombis, el párrafo sería el siguiente: “Una mujer debe poseer buenos conocimientos de música, canto, baile y lenguas modernas; debe estar perfectamente adiestrada en los estilos de combate de los maestros de Kyoto y en las tácticas y armas europeas modernas. Además, debe poseer cierta cualidad en su aire y modo de caminar, el tono de su voz, su forma de hablar y expresarse, para poder considerarla una mujer instruida”.


Orgullo y prejuicio y zombis es una novela realmente entretenida, muy interesante para que los jóvenes entren en contacto con los clásicos de la literatura que, en condiciones normales, no leerían. Aunque lo divertido es haber leído primero Orgullo y prejuicio de Jane Austen y después leer Orgullo y prejuicio y zombis y buscar las diferencias, como en las viñetas de los periódicos.


Los personajes secundarios de la obra -que son tan importantes como las protagonistas por su riqueza de matices: el Sr. Collins, Lady Catherine De Bourgh, el Sr. Bennet, los tíos de las señoritas Bennet, los oficiales del ejército, etc - en Orgullo y prejuicio y zombis son extraordinarios. Por ejemplo, Lady Catherine, aparte de tener el talento de ser extremadamente rica, ha matado más innombrables que cualquier persona que viva en Inglaterra.


Las vicisitudes que viven las protagonistas van acompañadas de los peligros que encontrarán en sus paseos, bailes, etc, al encontrarse con los muertos vivientes.
El libro contiene unas espléndidas ilustraciones de los zombis realizadas por Philip Smiley y al final de la obra hay una guía de debate para los lectores curiosa de realizar.

Si quieren disfrutar de una lectura entretenida no dejen de leer Orgullo y prejuicio y zombis de Jane Austen y Seth Grahame-Smith.


Pilar I.


(1) Todas las citas están sacadas de la edición Más fuerte que el orgullo (Orgullo y prejuicio). Edición de 1944 (2ª edición) de M. Arimany, Ed. (Barcelona). Traducción del inglés por R. Berenguer).

jueves, 18 de noviembre de 2010

BREVE HISTORIA DEL CULO DE JEAN-LUC HENNING




Breve historia del culo
Jean-Luc Henning
Traducción de José Miguel González Marcén
Principal de los Libros, 2010
237 pp
19 euros

Da la impresión que escribir un libro con el título de Breve historia del culo estuviera destinado desde un primer momento a provocar el morbo y el escándalo. No sé si ése era el propósito del escritor Jean-Luc Henning a la hora de pensarlo. Si Ramón Gómez de la Serna fue capaz de escribir uno con el título de Senos en 1917 y más recientemente Juan Manuel de Prada se atrevió asimismo a hacerlo con Coños, en 1994, parece que sólo faltaba intentarlo ahora con los traseros. Y puede también dar la impresión de que el libro pretende provocar la hilaridad del lector, y no digo que en algún momento no lo consiga, aunque no sea el fin principal, porque Breve historia del culo es en sí mismo un tratado serio sobre las posaderas, si es que acaso la jovialidad de esta parte del cuerpo puede invitar a seriedad alguna.

Para comenzar detengámonos en la cantidad de frases que usamos y que aluden a nuestras nalgas: perder el culo, besar el culo, partirse el culo, ser un culo de mal asiento, tener la vista en el culo, patear el culo, tener el gusto en el culo, ser feo como un culo, tener cara de culo, ser un tonto del culo, tener la flor en el culo, etc … Puede ser que una parte tan enunciada y de tal riqueza léxica y expresiva mereciera un tratado. Ahora preguntémonos por qué muchas de estas expresiones y frases hechas tienen un significado peyorativo. Quizá es que nuestro pensamiento está teñido del pensamiento de los que nos precedieron. La religión cristiana consideraba el culo la cara del diablo. Durante nuestra evolución humana nos hemos esforzado en ocultar esta parte del cuerpo. También le hemos otorgado un significado erótico, incluso lo hemos convertido en la puerta trasera de la copulación. Muchas de estas anécdotas las encontraremos en el libro de Henning. Información y cuestiones que seguro que jamás nos hemos planteado.

Breve historia del culo es un tratado sobre nuestras posaderas. Habla de esta parte de nuestra anatomía desde muchos y diversos puntos de vista: artísticos, biológicos, históricos, religiosos, publicitarios, etc… Uno encontrará un verdadero epítome de lo que a asuntos culeros se refiere.


Vamos a tratar de ver algunos ejemplos alusivos. Es ilustrativo el propio inicio del libro:
“El culo data de la más remota antigüedad.” (p.9). Qué verdad más absoluta y universal. Y desde ese inicio nos sigue a todas partes.

“De las 193 especies vivientes de primates, solamente la especie humana posee unas nalgas hemisféricas que son permanentemente salientes” (p.9)

A su vez descubrimos una interesante afirmación: “el culo del hombre tendría su origen en la erupción del cerebro” (p.10)

Lutero espantaba al diablo, pues tenía de él visiones muy a menudo, gritándole: ¡Chúpame el culo! (p.26) y a su vez “ el diablo confesaba a las brujas (y a los brujos) sus pecados inmundos de castidad y hacía que besasen su ano, como señal de pleitesía” (p.27), incluso Rabelais “habría propuesto al sumo pontífice besarle la cara de detrás, con la condición que estuviera bien lavada” (p.30).

Durante el siglo XVI uno de los géneros literarios más cultivados fue el blasón erótico, en él se podía alabar o denigrar tanto como se quisiera. Algunos de ellos están dedicados a tal insigne parte del cuerpo (p.35-41).

No voy a extenderme en más ejemplos que son muy ilustrativos y que seguramente cada lector descubrirá y preferirá según sus propios gustos.

A la finalización del libro se me han ocurrido un par de objeciones al mismo que el lector también puede tomar como consejos. En primer lugar, y dada la gran cantidad de referencias artísticas a cuadros, hubiera sido una gran idea que el libro se hubiera ilustrado. Al no ser así recomiendo al lector que coja un ordenador, se conecte a internet y que haga un recorrido por la evolución artística del culo a través de la pintura pues encontrará en el libro el nombre de pinturas y sus autores. Será un recorrido sumamente interesante. Asimismo, y puesto que el universo cultural del autor es básicamente francés, se echa de menos una adaptación de dicha fraseología al castellano. El que firma esta reseña ha hecho un pequeño intento inicial que seguro que podrá ser completado fácilmente por el lector.

En fin, no se me puede ocurrir mejor razón para perder el culo que comprar y leer este tratado sobre las posaderas.

martes, 9 de noviembre de 2010

LA HIJA DEL OPTIMISTA DE EUDORA WELTY


La hija del optimista
Eudora Welty
Traducción de José C. Vales
Ed. Impedimenta, 2009.
222 pp
19 euros



La hija del optimista de Eudora Welty, premio Pulitzer en 1972, es una novela contada como si fuera un cuento. Todo transcurre en el sur de los Estados Unidos. Laurel McKelva es una mujer de mediana edad, viuda de guerra, hija del juez McKelva, hombre bondadoso que, habiéndose quedado viudo unos años antes, decide casarse con Fay, mujer egocéntrica, mimada, consentida y más joven que su hija. El juez se ha de someter a una intervención quirúrgica y muere unos días después, en pleno carnaval de Nueva Orleans. Ambas mujeres llevan al juez a su hogar paterno en Mount Salus y, habiendo desaparecido el nexo que las unía, aparecen las diferencias de caracteres. En el funeral del juez, el pueblo se vuelca en Laurel dando de lado a la joven viuda por lo que esta decide marcharse con su familia para reponerse del duro golpe y volver con posterioridad a tomar posesión de la casa del juez.


La hija del optimista es una novela sorprendente. Lo que parece un cuento de hadas acaba siendo un cuento donde ni todos los buenos son tan buenos ni los malos tan malos. Es un viaje retrospectivo en la vida de una mujer que se reencontrará con su niñez, la vida con sus padres, su matrimonio con Phil y la fuerza que obtendrá para seguir a delante.
Muy recomendable su lectura.


Pilar I.

lunes, 25 de octubre de 2010

EL ESCÁNDALO LEMOINE DE MARCEL PROUST


El escándalo Lemoine
Marcel Proust
Traducción de Laura Naranjo y Carmen Torres
Ático de los libros, 2010
106 pp
9.90 euros



Marcel Proust, antes de llegar a la cúspide de En busca del tiempo perdido, escribió esta pequeña obrita de poco más de cien hojas que acertadamente desempolva Ático de los libros en su colección denominada Breves del Ático. El escándalo Lemoine es en sí mismo un pequeño ejercicio retórico, una prueba de pruebas o un ensayo metaliterario. Si me lo permiten, es un divertimento a modo de ejercicio de estilo, de ejercicio de posibilidades narrativas, un poco buscando voces y formas. Algo así como lo que Raymond Queneau nos proponía en sus Ejercicios de estilo.





El argumento del libro es casi un macguffin, una excusa narrativa para desarrollar una o varias tramas. Y el argumento en sí mismo es bastante escueto y tiene su origen en el caso real de un químico, Henri Lemoine, que ofreció a la empresa más importante de diamantes, De Beers, la fórmula para crearlos químicamente, cosa que era claramente una estafa. Estafa en la que llegó a caer y perder dinero el propio Proust que resignado utilizó la historia para desarrollar la trama de su libro, El escándalo Lemoine. El argumento en sí es bastante pobre si no fuera por el planteamiento que el propio Proust desarrolló y que lo convierte en una genialidad. ¿Por qué no contar la historia desde el estilo de algunos grandes escritores franceses? Así Proust acaba imitando a Flaubert, Balzac o Saint-Simon. Pero no termina ahí la ironía. La parodia va más allá y también se permite el lujo de ponerse en la piel del crítico y criticarse a sí mismo. O plantearlo como si fuera un folletín o un episodio de los diarios de Goncourt. Casi están todas las formas narrativas desarrolladas y cuesta ponerse en la tesitura de que una misma trama simple y escueta pueda contarse de tantas formas diferentes.

El lector avispado podrá bucear e intentar descubrir algunas perlas escondidas y notas de humor de las que no está exenta esta pequeña joyita de Proust, una de esas obras desconocidas que de no ser publicada en este formato no llegaría al público en general.


Aconsejo encarecidamente buscar los gazapos y trampas a las que nos somete el genio de Proust. Y para muestra, en las páginas 41 y 42, hay una crítica de Goncourt hacia la actitud de Proust en relación a Zola. Sabiendo que el texto se lo dirige Proust a sí mismo. ¿O quizá no? Me temo que éste es un pequeño pitorreo literario del que los especialistas en literatura francesa podrán sacar más jugo. Y el lector también.

jueves, 7 de octubre de 2010

ALBA CROMM DE VICENTE LUIS MORA


Alba Cromm
Vicente Luis Mora
Ed. Seix Barral, biblioteca breve, 2010.
262 páginas
17 euros


Vicente Luis Mora es conocido por diversas facetas. Baste teclear su nombre en google para ver que maneja multitud de proyectos al mismo tiempo. Esa ubicuidad, que a algunos nos parece algo casi imposible, poco más o menos como la cantidad de obras que escribió Lope de Vega en vida, no le impiden dedicarse a escribir con tino poesía, novela y ensayo. Y, a tenor de lo que se puede leer en su blog, de dedicarse a la lectura de una buena cantidad de libros. Y ciertamente Alba Cromm como novela quizá no destaque tanto por su argumento como por la forma de plantearlo.

No hace demasiado tiempo tuve la oportunidad de entrevistar a la autora chilena, Claudia Apablaza. En dicha conversación hablamos de los géneros, de su mezcla y también de la forma de plantear una novela lejos de la linealidad, de la fragmentación. Todo ello tomando como base su última obra, Diario de las especies. Vicente Luis Mora utiliza de forma similar algunos planteamientos fragmentarios, huyendo de la linealidad, de la narración tradicional, incorporando los formatos de los blogs, de los chats y de otras herramientas de internet. Al igual que Apablaza, que utilizaba una forma de narrar basada en el relato a pedazos a través de los post de los blogs, Vicente Luis Mora incorpora las voces de diversos personajes que se expresan a través de otros medios. Aparece el lenguaje directo del chat, un lenguaje espontáneo, que apenas tiene filtros, rápido, unas veces demasiado sincero y falto de control. También aparece la escritura más reposada del diario. A ellos se le incorpora la noticia periodística y, por encima de todos, el formato de revista, pues Alba Cromm está planteado como si fuera una revista, Upman. Un número extraordinario. Encontramos secciones, anuncios –que el autor ha dotado a veces de un corrosivo humor- noticias, reportajes, cartas al director y un editorial.


Vayamos por partes. Alba Cromm es una novela. Su argumento es básicamente sencillo. Una inspectora de policía, Alba Cromm, especialista en delitos informáticos, se dedica a investigar un caso de pederastia en la red y para ello tendrá que enfrentarse a un hacker. Todo mezclado con las diversas vicisitudes del pasado y presente de la protagonista: su dificultad para relacionarse con el sexo masculino, sus recuerdos del pasado como militar, sus visitas a la psicóloga y amiga…

Alba Cromm va desgranando algunas de sus preocupaciones a través de un diario y en un blog.


Del argumento poco que añadir. De la forma, mucho que decir, porque Vicente Luis Mora ha hecho un trabajo milimétrico al imaginar una revista desde su grafismo, composición, secciones, hasta el mínimo detalle, sabiendo que posteriormente tenía que integrar en esa revista su novela. Casi estamos hablando de un metagénero, una novela dentro de una publicación periódica. En ese punto debemos considerar que ha inventado un nuevo formato. Y no es extraño dada su preocupación por las pasarelas entre obras del mismo género e, incluso, de géneros y formatos diferentes ya sean gráficos, audiovisuales o sonoros. En esa contemplación del arte como un todo -él habla a menudo de una pangea- cabe pensar que una novela no es un género estricto, sino más bien un gran saco donde todo es posible, definición que ya utilizara Baroja hace ya bastantes años, una pasarela para el conocimiento de todo lo que nos rodea, de todo el arte que nos rodea, de todo el mundo que nos rodea. ¿O acaso el arte no es parte del mundo y el mundo no puede ser parte del arte? Siguiendo su propia tarea de construcción de pasarelas es donde la realidad de su novela, Alba Cromm, cobra verdadera entereza y consistencia. Tarea que debe dar que pensar más allá del propio argumento. Porque Vicente Luis Mora nos habla de la imposibilidad de contar una historia a partir de un único relato, no sólo a través de los diversos puntos de vista de los protagonistas, sino también desde los diversos medios de expresión que hoy en día manejamos. Pone de relieve la imposibilidad de la linealidad de la visión, pues incluso aquella persona que contempla una pantalla de televisión tiene la capacidad de cambiar de canal ilimitadamente. Vicente Luis Mora relata cambiando constantemente de canal e, indirectamente, introduce el concepto de zapping novelístico. Algo más que singular porque, incluso, al igual que en la vida real, la novela puede contener su propio ruido, en este caso ruido literario. ¿Y que es sino cada uno de esos anuncios que interrumpen la lectura del libro? Para un lingüista sería evidente: ruido que se introduce en el canal. Ruido que atenúa o nos distrae del mensaje principal. Pero, asumiendo que la propia lectura contiene ruido, incluso ese ruido constituye sus propios mensajes. Unos humorísticos y otros informativos. Anuncios, elementos externos a la novela, que, sin embargo contienen visiones del mundo que preocupan al autor: los residuos y su reciclaje (p 44), la deshumanización de la familia (p.65), la violencia (p.88), la situación económica (p.90) y la preocupación por la salud y la estética (p.207).


Por otro lado, la narración no termina en el libro que leemos. Porque el autor nos tiene preparada otra sorpresa. La narración continúa a través de la blogosfera en las bitácoras que dos de sus personajes tienen en internet. Y esos blogs continuarían en tanto que el autor lo deseara. Juego que ya puso en práctica Apablaza en el libro antes mencionado. Por lo tanto, el autor revienta también el formato de la obra de la obra, o de la metaobra, pues cuando uno adquiere el libro se apercibe de que la obra no está completa, o que, al menos, tiene continuidad en otro espacio, en otro formato. Juego que da lugar a muchas posibilidades que quizá no muchos autores ni editoriales hayan contemplado creando productos mixtura.


Algunas otros aspectos a analizar. ¿Dada la dificultad de relación de la protagonista con el sexo masculino, por qué plantear la novela dentro de una revista masculina de carácter bastante retrógrado y machista? Ver el editorial de la revista, páginas 13 a 18 o las cartas al director en las página 44 o, simplemente, que el siguiente número de la revista esté dedicado a Rocco Siffredi que para el año 2018 seguro que no estará ya de tan buen ver.


Y para aquellos lectores dados a buscar los gazapos, en este caso más que provocados, les sugiero que lean atentamente la última página, que anuncia el siguiente número de la revista Upman, y en la que seguramente encontrarán diversos nombres conocidos. O la demoledora crítica que uno de los personajes hace de un libro del propio autor, página 129.


Un consejo: No se pierdan la entrevista con Bigfood y adivinen quién se esconde tras la fotografía (154-7).

jueves, 9 de septiembre de 2010

ASÍ ÉRAMOS DE JESÚS CAUDEVILLA


Así éramos
Jesús Caudevilla
Ed. Aladena, 2010.
276 páginas
16 euros

Durante un tiempo, quizá por la cercanía, daba la impresión de que la Dictadura de Franco y la Transición Española no eran terrenos abonados a la ficción. No hablo estrictamente de la Guerra Civil sino básicamente de lo ocurrido con posterioridad. Últimamente, sin embargo, la televisión nos ha ofrecido algunas historias exitosas que tienden a contar de una u otra forma lo que fueron aquellos años. Nada más hay que recordar Cuéntame o también Amar en tiempos revueltos. La novela Así éramos de Jesús Caudevilla (1953) tiene algo de ambas. En primer lugar porque el tiempo en que transcurre es el de los últimos años de la dictadura, tiempo que también es el hilo conductor en las series mencionadas. También el argumento fundamental de la historia hace referencia a un amor adolescente que se desarrolla en ese período, durante un año, aunque la historia tenga ramificaciones posteriores.


A Jesús Caudevilla le empecé a leer a raíz de una de sus novelas, Las cañadas de Achinech (2005) basada en el concepto de ucronía. Es el autor un experimentado novelista con casi una decena de títulos en su haber.


Leyendo Así éramos ocurrirán dos cosas. Los que vivieron esa época se sentirán de nuevo rememorando aquellos momentos gracias a algunos hechos históricos que a modo de recordatorio el autor va introduciendo audazmente situándonos en el contexto. Para los que no vivieron esos años les servirá de referencia a ese cercano período de la vida de este país.


Así éramos es básicamente una novela de amor en tiempo de prohibiciones, una novela de amor juvenil. Los personajes nos parecen cercanos gracias al modo que el autor ha elegido para narrar a través de los diarios de dos adolescentes. Quizá el inconveniente sea que para intentar acercarse al carácter de esos adolescentes los textos sean en determinados momentos algo reiterativos debido a que, evidentemente, muchas de las citas se refieren a ese amor que les preocupa y les llena. Sin embargo creo que el lector habitual de historias románticas agradecerá esa reiteración y ese desmenuzamiento del proceso de enamoramiento que por respeto al texto no terminaré de desvelar.


Otro aspecto a destacar es que el proceso de enamoramiento será paralelo al del descubrimiento de la lucha política a través del Partido Comunista y su rama catalana (Partit Socialista Unificat de Catalunya, PSUC) durante la época en que los partidos estaban prohibidos. Esa vivencia de la clandestinidad, de la época en que los mensajes y consignas corrían a través de las pintadas y octavillas es uno de los aspectos más relevantes de la novela y debido a la precisión de fechas y hechos me atrevo a pensar que o bien era un tema que el autor ha vivido o muy buena ha sido la recopilación en la hemeroteca.


También destacan las vivencias durante el Servicio Militar ahora que toda una generación no sabe en qué consistía.


En fin, libro para recordar y revivir con una historia de por medio que agradará al lector romántico.

martes, 17 de agosto de 2010

AELITA DE ALEXÉI TOLSTÓI


Aelita
Alexéi Tolstói
Ed. Nevsky Prospects, 2010
Traducción: Marta Sánchez y Nieves Fernández
281 pp.
16 euros

Mucha ha sido la fascinación que literariamente ha provocado el viaje espacial desde que Julio Verne hiciera de él una novela en De la Tierra a la Luna (1865) y también mucho lo que se ha fantaseado sobre lo que en el espacio íbamos a encontrar, no siempre con visiones positivas, más bien al contrario desde La guerra de los mundos (1898) de H.G.Wells. Casualmente La guerra de los mundos también nos da una visión de lo que de Marte podíamos esperar. No obstante, en el mundo de la extinta Unión Soviética, la visión que se tenía de Marte viene dada por otras novelas. Recordar la fantástica Estrella roja (1908) de Alexánder Bogdánov, también editada por Nevsky Prospects, que, en este caso, es un referente más cercano para explicar esta Aelita (1922) de Alexéi Tolstói (1833-1945). Pero antes de adentrarnos en estas disquisiciones, pensemos un momento, desde nuestra perspectiva de lectores españoles, en algunos referentes previos, porque, pese a que la novela de Tolstói es muy anterior, a nosotros nos ha llegado mucho después cuando otras obras posteriores eran más que conocidas. A mi mente llegan la fantástica narración de Ray Bradbury, hoy en día un clásico, Crónicas marcianas (1950) o la humorística Marciano vete a casa (1955) de Frederic Brown o la más cercana trilogía de Kim Stanley Robinson, Marte rojo (1992), Marte verde (1993), Marte azul (1996) que abarca la vida humana en Marte durante un período de 35 años y que fue elogiada por Arthur C. Clarke como la mejor novela de la colonización de Marte. Seguramente el lector encontrará muchísimos más referentes con los que completar esta improvisada lista. Por eso es mejor leer la novela de Tolstói como un clásico que nos ha llegado tarde.


Hablábamos de la obra de Alexánder Bogdánov porque es anterior a la de Alexéi Tolstói y debo remarcar un par de aspectos en común: uno muy claro que es que habla de un viaje a Marte. Y otro más de profundidad, pues contiene una carga político-ideológica revolucionaria muy acorde con los sucesos que acompañaron a la creación y los primeros años de la Unión Soviética. Estos aspectos son también remarcables, quizá de una forma un tanto menos diseñada o esquematizada, en Aelita.


¿Cuál es el argumento de Aelita? Básicamente es la historia de un ingeniero que sueña con viajar a Marte para lo cual recluta a un antiguo soldado recién licenciado. En Marte encontrará un mundo que le abrirá los ojos sobre lo que dejó en la Tierra pero que, al mismo tiempo, le permitirá abrir su corazón maltrecho al amor de una marciana. Porque Aelita, bajo esa capa de ciencia ficción y de revolución, es básicamente una historia de amor. Una historia de amor que redime al protagonista, Loss, tras la muerte de su mujer, en un proceso similar al que sufre Martin Eden, héroe de la obra de Jack London, respecto de Ruth.


La novela de Tolstói tiene muchos paralelismos con obras como la de London, en cuanto a la expresión de ese proceso revolucionario que también existe en Estrella roja. Igualmente con respecto a esa inocencia que existe en la narración de la historia, a veces un poco primitiva, otras quizá un poco naif. Por otro lado, el relato nos sorprende inicialmente con toda una jerga hard o científica, como en Estrella roja, que llega a hacer a ratos demasiado lenta la narración.


Pasado un primer tercio de la novela, la sensación de encontrarnos con un texto de ciencia ficción excesivamente duro desaparece para dar paso a un texto más alegórico-legendario en donde el autor a través de la narración de Aelita y de las reflexiones de Loss, el ingeniero, y de Gúsev, el soldado, nos adentramos en la cultura marciana. Una narración a veces demasiado lenta y no siempre bien llevada, que da paso al tercio más significativo e interesante de la novela en donde se encuentra la historia de amor y el desenlace revolucionario. Destacar el final en el que, con maestría, el autor se reserva información para dejarla caer como una bomba de aviación en el momento justo. Buena conclusión, bien llevada y ciertamente sorpresiva.


Prepárese el lector que desee enfrentarse al texto de Tolstói para leer un clásico como los de Verne, H.G.Wells o, incluso, Rider Haggard

martes, 3 de agosto de 2010

CUADERNO DE NOTAS DE ANTÓN CHÉJOV


Cuaderno de notas
Antón Chéjov
Traducción de Leopoldo Brizuela
Ed. Páginas de Espuma-La Compañía, 2010
187 pp
9,90 euros



¿Qué escritor no desearía conseguir el éxito leyendo un sencillo manuscrito? Encontrar las dosis justas que necesite cada una de las narraciones. Saber de qué modo se cuecen las obras maestras, el modo de operar del cerebro de los grandes genios, la forma de trabajar, los detalles a incluir, el material a desechar… Este conjunto de cosas son las que uno puede encontrar, nada más y nada menos, en este pequeño Cuaderno de notas de Anton Chéjov. Un pequeño libro que en poco más de ciento ochenta páginas da cuenta de algunas de las genialidades de este maestro del cuento y excelente autor teatral.


Unas veces nos encontramos con escenas a medio hacer, en otras ocasiones son variaciones sobre el mismo tema, juegos sobre las posibilidades que puede tener una escena teatral o un fragmento de cuento. Uno se apercibe de la minuciosidad de orfebre con la que Chéjov trabajaba. Lo anotaba todo: precios, rasgos de los rostros, fragmentos de una esquina, detalles de un callejón, de una luz o de una casa. Todo se encuentra ahí. Y si uno sabe leer bien, entre líneas se apercibe de que para este autor la ocurrencia no debía constituir lo único. Había grandes dosis de trabajo, de dudas, de variaciones, de documentación y muchísimos detalles.


Otras de las cosas que a uno se le quedan grabadas al leerlas son esas frases lapidarias, esos golpes de humor, o de genialidad, de reflexión y de lucidez.


Algunas muestras de lucidez:


“… la igualdad de los hombres jamás será posible. La desigualdad debe considerarse, por tanto, como una ley inmodificable de la naturaleza. Pero nosotros somos capaces de volver inocua esta desigualdad (…) A este respecto, la educación y la cultura harán grandes conquistas.” (p.22)


“Lo nacional no tiene nada que ver con lo científico” (p. 67)


“El hombre no abre los ojos hasta que no es infeliz” (p.160)

Otras tantas de humor:


“Envidia tanto que bizquea” (p.24)


“No tener caballo se dice aquí poner a cuatro patas a la paisana” (p.29)


“Son formidables los alemanes, hablan del precio de la lana… mientras que nosotros, los rusos, nos enzarzamos a discutir sobre la liberación de la mujer (…)”( p. 38)

Y la sátira con crítica:


“Los curas y los actores tienen muchas cosas en común”(p.45)

Y consejos:


“La buena educación no consiste en no manchar el mantel con salsa, sino en aparentar que uno no ha visto nada cuando otro hace algo así”(p. 57)

Quizá lo único criticable es lo deslavazado del texto. La falta de unión entre unos fragmentos y otros, como seguramente corresponde a un cuaderno. Pero este pequeño libro es una de aquellas joyitas para leer con calma, para aprender, para llenarse de sabiduría… Un libro imprescindible para cualquier escritor y para los interesados en la obra del maestro ruso. Un libro al que acudirán muchos autores cuando no encuentren frases lapidarias con las que adornar su discurso. Ya saben, Cuaderno de notas de Anton Chéjov.

lunes, 26 de julio de 2010

LA FRONTERA SUR DE JOSÉ LUIS MUÑOZ


La frontera sur
José Luiz Muñoz
Ed. Almuzara, 2010
373 páginas
19,95 euros




José Luis Muñoz es perro viejo escribiendo novelas. Ganador de algunos de los premios más prestigiosos de narrativa de este país – el Tigre Juan, el Azorín, la Sonrisa Vertical, Café Gijón, Camilo José Cela, etc …- ha publicado veintisiete libros entre novelas y libros de relatos, maestro del género negro en donde sobresale su personaje, el inspector Pachón, se mueve con facilidad en otros géneros: romántico, erótico, histórico, etc. Viajero impenitente nos presenta esta vez la novela La frontera sur que mereció el IV Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona. Pero La frontera sur no es una novela negra al uso. Es más bien una novela de frontera. Una de esas novelas que recorre con maestría las diferencias que separan el norte y el sur. Cuesta calificarla como novela negra porque la etiqueta se queda corta, porque La frontera sur no es una novela de buenos y malos, de policías y criminales. Es más bien un drama en el que dos mundos separados por una línea imaginaria luchan por la pura supervivencia. Es casi un drama darwiniano si tomamos el sentido más estricto. Norte contra sur, supervivencia, violencia, dinero, prostitución, drogas, policía, sobornos, ricos y pobres, asesinatos y muertes, insatisfacción, sobre todo. Mucha insatisfacción a uno y otro lado.


Sobre un argumento relativamente sencillo que el autor trenza con facilidad, nos encontramos con dos mundos. Por un lado el mundo rico de Mike Demon, residente en Los Ángeles, vendedor de seguros, hombre acomodado de mediana edad, esposa e hijo, coche y vivienda, vida en constante competencia y afán creciente por ganar dinero y, al mismo tiempo, de vivir otra vida. Al otro lado de la frontera, en Tijuana, México, Fred Vargas, policía corrupto cuyas manos están manchadas de sangre y dinero. Ambas vidas se van uniendo irremediablemente a uno y otro lado de la frontera en una serie de coincidencias cada vez más buscadas y menos coincidentes. La historia la puede rellenar cada uno a su gusto, pero José Luis Muñoz lo hace con verdadero oficio dando la impresión de que escribir esas trescientas setenta y tres páginas es poco menos que un juego de niños. Pero no es así. Uno capta el trabajo realizado para recopilar información del español de México, también del habla fronteriza, de sus dejes y un trabajo de investigación a uno y otro lado de esa línea imaginaria en los modos y costumbres de vida. Las preocupaciones del vecino del norte por la competencia profesional, por acumular más y más dinero vendiendo y las del vecino del sur por conseguir estafar y engañar cada vez más. Claro que ambas visiones contienen una crítica porque viendo una y otra, y viendo sus diferencias, uno llega a captar más sus semejanzas. Ambas visiones están condenadas al fracaso y a la autodestrucción. Son dos sociedades enfrentadas y enfermas. Una por el drama de la falta de futuro, la otra por esa idea tan destructiva de ganar dinero a toda costa. Uno no deja de reflexionar cómo dos sociedades tan aparentemente opuestas pueden generar dinámicas con resultados tan semejantes. Y a todo ello hay que añadir una historia de un amor imposible, el choque de dos mundos en el ínfimo espacio que dejan dos cuerpos al hacer el amor. Pero no vamos a narrar toda la novela. En fin, que se agradece el esfuerzo del autor por mostrar dos niveles. Quien desee leer simplemente una historia la encontrará. Quien busque en el trasfondo hallará ecos de otros mundos, de otras historias y realidades que son comunes en los telediarios. Mujeres asesinadas después de ser violadas y enterradas en la arena, cadáveres que jalonan el desierto al otro lado de la frontera, abatidos por la Border o detenidos por la migra, por la sed, el cansancio, el engaño o el propio clima. No se pierdan esta historia fronteriza que no les dejará respirar de la mano de José Luis Muñoz, creo que repetirán.

jueves, 15 de julio de 2010

CASI TODO ES MÍO DE ANTONIO JIMÉNEZ PAZ



Casi todo es mío
Antonio Jiménez Paz
Ed. Baile del sol (primera edición 2008, segunda edición 2010)
85 pp
10 euros.


A Antonio Jiménez Paz se le conoce bien en Canarias, tanto en su faceta de poeta como de estudioso de la obra de autores como Félix Francisco Casanova o Antidio Cabal. Se le conoce menos en la península para desgracia nuestra por ese océano que a veces separa más de lo que debiera.


El poemario que presenta, Casi todo es mío, tiene dos aspectos a mi modo de entender fundamentales. Uno, su carácter explorativo-introspectivo. El otro, su búsqueda constante de la palabra. Y es además un poemario valiente, que huye de modas y hace lo que debe, buscar. Buscar el valor de la palabra y el ser del individuo. No es extraño entonces que haya un cierto desconocimiento de la obra de Antonio Jiménez Paz cuando se sitúa no sólo en la periferia geográfica sino también en la poética.


Sus textos son escuetos pero dicen tanto que no hace falta explicar una sílaba más. Antonio Jiménez Paz nos lleva a reflexionar con cada una de sus palabras, con cada uno de sus giros del lenguaje, nos introduce en su mismo ser que es universo común de su propia poesía.


El libro está dividido en dos partes. En la primera cada uno de los poemas comienza de forma anáforica del mismo modo: Fuera o fuese. El poeta ya nos sitúa desde el inicio en la más absoluta incertidumbre, incertidumbre que se prolonga en sus versos:


Fuera o fuese la luz que a todos alumbra
no se borra lo que uno quisiera
ni se gasta.



Gusta el autor de servirse una y otra vez de la paradoja quizá buscando incrementar ese desasosiego, esa incertidumbre, ese no saber dónde uno pisa, hacia dónde uno va.


Pido agua o solicito destierro.



También hay una búsqueda de la frase jugosa, del verso redondo si fuera vino.


Soy lápiz hecho cruz.



Porque Antonio Jiménez Paz utiliza un recurso que tan pronto nos deja sumidos en la duda como nos arroja un verso cual losa del que no podemos liberarnos por su rotundidad, por su aplomo.


No me arranco de cuajo el sinsentido.



Su Fuera o fuese se revela así como una propuesta poética, un destino último, un recurso utilizado una y otra vez para dejar claro el propósito. ¿Cuál es el territorio del poeta? ¿Decir lo que ocurre o quizá situarse en el plano de las posibilidades, de lo que podría llegar a ocurrir? Es ése el terreno pantanoso por donde circula el autor.


La segunda parte se inicia con un enigmático: Érase una vez y lápiz. Dice Tina Suárez que es la mejor forma de describir la historia de la literatura. En esta segunda parte, mucho más larga y con un esquema menos preciso, sí permanece como característica básica la brevedad. También la rotundidad en el cierre de los versos.


Antonio Jiménez Paz sigue escarbando en el significado de las palabras, sigue en ese proceso introspectivo que es a la vez un proceso difuso porque requiere el esfuerzo del lector, un esfuerzo que quizá tenga algo de lo que hablaba Pessoa. ¿Cuánto hay de realidad y de ficción, cuánto de verdad y cuánto de fingimiento?



Hay temblores donde no tiembla
la tierra.
Donde hubo pies.



A veces es el propio artificio retórico el propio meollo del poema:



Cada roce buscando su hendija.
Toda elipsis buscando su guarida.



Porque el verso de Jiménez Paz es un verso eminentemente elíptico, un verso que rompe el sentido, el equilibrio de la frases, que roza a veces el retorcimiento obligándonos a darle un nuevo sentido a la frase.

En fin, no se pierdan el poemario de Antonio Jiménez Paz, Casi todo es mío, un libro tan original como su título indica, con tantas posibilidades que acudirán a él a menudo, no siendo posible una única lectura. El libro de Jiménez Paz se disfruta a lo largo del tiempo.

lunes, 14 de junio de 2010

KANIKOSEN. EL PESQUERO DE TAKIJI KOBAYASHI




Kanikosen. El pesquero
Takiji Kobayashi
Ed. Ático de los Libros, 2010.
Traducción de Shizuko Ono y Jordi Juste.
Precio: 15 euros
152 páginas.



Ahora que voluntariamente todo se confunde, ahora que no encontramos diferencias entre lo que se dice desde la izquierda o desde la derecha, ahora que empezamos a ver la ruina de lo que tantos años ha costado crear, probablemente Kanikosen, el pequeño libro de Tajiki Kobayashi, sea una forma de ir a los orígenes, de entender el principio que es casi como entender el proceso. No es extraño, por tanto, que en Japón haya sido uno de los libros más vendidos en el año 2008. Ahora que ya, incluso en la economía, no hay verdades absolutas, los japoneses debieron ver en este libro el inicio de algunos de sus problemas económicos. Sin embargo, a alguien le parecerá extraño que un libro escrito en 1929 cobre protagonismo. Es evidente, y nos lo dicen los especialistas, que la economía es cíclica. Para desgracia nuestra, la historia también parece serlo y no deja de tener una mueca de ironía. La historia que narra Kanikosen es la de un pesquero, el Hakko Maru, en aguas de Kamchatka. El relato de la explotación y deshumanización de estos obreros, de estos pescadores … No sorprende pues que los japoneses de hoy, en la hora de la crisis mundial, se vean reflejados en esos otros japoneses de los años veinte, porque sus miserias son la continuación de las de aquellos.



Kanikosen es un gran libro, un libro concienciador, un libro aguerrido y crítico con la realidad, partícipe de la literatura de denuncia. No alejado de otras realidades descritas sobre la revolución industrial en palabras de Dickens, no lejos a las explicaciones de las huelgas en EE.UU contadas por Jack London en Martin Eden y en algunos otros de sus libros.



Kanikosen también nos reconcilia con el género humano. Con su capacidad de lucha contra la injusticia, con su visión del mundo…



La misma vida azarosa que llevó el protagonista –qué estupendo es que Ático de los Libros haya incluido ese posfacio final con la vida del autor- hasta ser asesinado por la propia policía japonesa tras un brutal interrogatorio por su militancia en el partido comunista.



Vamos a ver algunas de las perlas que se encuentran en Kanikosen:
(p.33)”Cuando el capitalismo ya no podía obtener más beneficios, cuando bajaba el interés y había exceso de capital, hacían literalmente lo que hiciera falta en cualquier lugar: buscaban desesperadamente cualquier salida”.



Esta es la visión que tiene el patrón de sus trabajadores:
(p 42) “-¿Qué son para ti las vidas humanas? (…)
-¡Pero hombre! Es que Asakawa nunca ha pensado que vosotros seáis humanos”
Y otra:
“Perder cinco o seis cuerpos no tiene ninguna importancia pero sería una lástima perder el bote”(p.44)



Y algo sobre las condiciones de vida de los obreros:
(p.72)” Algunos se metían los piojos en la boca y los hacían crujir con los dientes delanteros, o los aplastaban con las uñas de los pulgares hasta que se les teñían de rojo”
Y otro ejemplo más:
(p.79)”Al día siguiente, cuando los obreros bajaron a la factoría, vieron al estudiante del día anterior atado a la columna de un torno. Tenía el cuello doblado sobre el pecho igual que un pollo desnucado. (…) llevaba un cartón escrito a mano con una letra que era claramente la del patrón: Éste es un traidor que se hace pasar por enfermo. Está prohibido desatarle la cuerda”.



Qué mejor que sumergirse en las aguas de Kamchatka a bordo del Hakko Maru. Lean Kanikosen, el pesquero y reflexionen. Hace falta, mucha falta.

jueves, 10 de junio de 2010

VERSOS ANORMALES DE JORGE LARENA CASTEJÓN.


Versos anormales
Jorge Larena Castejón
Mandala Y Lápiz cero, 2010
85 pp
12 euros.

A Jorge Larena le conocíamos en su faceta de novelista -Sombras de otoño, Las tablas de Agartha- pero no en su faceta de poeta. Así nos encontramos con estos Versos anormales. Versos que tienen dos características fundamentales: simplicidad y sinceridad. Jorge Larena es un fiel seguidor de la tradición lírica popular, pero reconvertida a sus propósitos. Versos anormales es algo así como un mapa de vida, una carta de navegación para vivir sin perderse. Es un resumen de cómo concibe el mundo el autor. E, incluso, y espero que no se moleste, es algo así como un libro de autoayuda convertido en poemario. Un libro de autoayuda que se aplica el autor y que deja escrito por si a alguien le pudiera servir.

Los versos de Jorge son versos limpios, directos, versos que huyen de lo rebuscado, del artificio, de la metáfora. Son versos para ser entendidos incluso por aquellos que habitualmente no se acercan a la lírica. Este hecho lo agradecerán especialmente los alérgicos a la poesía y mucho menos los lectores habituales de este género.

Jorge Larena diseña un mapa en donde cabe desde la realidad más cercana de los telediarios hasta los sentimientos más íntimos y personales. Si me dejan escoger, a mí me llega mucho más su verso certero, casi afilado como el corte de un bisturí, cuando habla de la realidad social: consumismo, pérdida de valores, capitalismo, etc... Es donde sale la parte más combativa del autor. Otros preferirán la parte más sentimental que unas veces adopta la voz del hombre que explica su experiencia y otras se convierte en una suerte de gurú, papel en el que Jorge Larena parece sentirse cómodo.

Los poemas, de métrica irregular, desnudos de artificios retóricos si exceptuamos las repeticiones en todas sus formas (anáforas, reiteraciones...) como si el poeta deseara dejar constancia de la necesidad de que sus palabras permanezcan. No sabe uno si la pretensión es que queden en los lectores o también en el propio autor, en esa suerte de doble papel que adopta, de doble voz que aparece en todo el poemario.

Hay algunas palabras que obsesivamente se repiten durante todo el libro: Amor, esperanza. Deben ser palabras milagrosas, algo así como eslabones de lo que el autor mismo llama “versos curativos”. Esperanza en mayúscula y esperanza en minúscula. Ambas. Piezas de un tablero del mundo que Jorge Larena construye.

Estos son algunos de los versos de Jorge que me han llegado especialmente:


“Corren malos tiempos para los ciudadanos
tiempos para
caminar entre los escombros de la ética
pensar es casi un rasgo de locura” (p.16)

Algo un poco más íntimo:

“Estoy viviendo horas de preguntas
horas sin tiempo
horas de incógnitas.” (p.31)

Y otro:

“como un pespunte
en algún rasguño de mi alma
las cicatrices guardan memoria” (p.40)

Leer estos poemas de Jorge Larena es también aventar algunos recuerdos de Bécquer, de Benedetti, de Neruda. Busquémoslos.

lunes, 7 de junio de 2010

LA NATURALEZA DE UN CRIMEN DE JOSEPH CONRAD Y F.MADOX FORD.




La naturaleza de un crimen
Joseph Conrad y Ford Madox Ford
Ed. El Olivo Azul, 2010
80 pp
14 euros

La naturaleza de un crimen es un libro escrito a dos manos por Joseph Conrad y Ford Madox Ford. Una propuesta del primero al segundo, pues aunque ahora consideramos más importante a Conrad, en su momento era quizá más conocido Madox Ford. De Conrad no hace falta mencionar sus grandes novelas: Lord Jim, El corazón de las tinieblas, Nostromo, El agente secreto, etc. Hace unos días también reseñábamos otra de sus obras menos conocidas: El final de la cuerda. De Madox Ford destaca especialmente El buen soldado y El final del desfile.


Fue Conrad quien propuso a Madox Ford hacer una novela a dos manos. En realidad fueron tres, ésta y dos novelas más: Los herederos y Romance. Si bien el libro no deja de ser una obra menor, es curioso saber que Conrad no la incluyó en la lista de la totalidad de sus obras, quizá no contento con el contenido final. E, incluso, en el prólogo, Madox Ford confiesa haber olvidado la existencia de La naturaleza de un crimen.

Es significativo leer uno tras de otro los prólogos sucesivos de los dos autores y ver de qué modo se escribió La naturaleza de un crimen. Incluso cómo los mismos hechos son descritos de forma diferente. La supuesta colaboración en uno se convierte en pequeños conflictos contados por el otro.

El planteamiento de La naturaleza de un crimen se basa en una larga confesión, la del criminal que admite su pecado. En esa larga confesión en forma de carta a su amada, mujer casada con otro hombre, el protagonista cuenta su crimen y, al mismo tiempo, descubre lo peor de sí mismo a la persona que quiere. Viéndose acorralado, y en un desenlace lamentablemente seguro e inevitable, pone en manos de su amante la verdad de sus pensamientos y vida. El modo en que se apoderó de la fortuna de su amigo siendo él albacea y de qué forma adquirió riquezas y fama.

Si bien la forma de plantear la narración como largo ejercicio de retórica continúa una larga tradición literaria, a veces lastra el contenido. La primera parte se lee con rapidez. Hacia la mitad, la retórica espesa un poco la narración. El final toma un giro que resulta un tanto precipitado. No sabremos nunca si fue por alguna de estas razones por las que Conrad despreció su pequeña obra. Siempre nos quedará la duda del motivo.

A través de las páginas de La naturaleza de un crimen cobran vida algunos temas de rabiosa actualidad. Una muestra: “… no es éste un tiempo de grandes hazañas sino de gigantescas operaciones especulativas”(p.24). Un ejemplo de que mucho de lo que vivimos proviene del pasado, por lo que nunca viene mal releer a los grandes, en este caso a Madox Ford y a Conrad. Y, a pesar del desenlace, recomiendo encarecidamente leer entre líneas el capítulo final, descubriremos un sibilino razonamiento merecedor de nuestra mayor atención.

sábado, 22 de mayo de 2010

ENTREVISTA A CLAUDIA APABLAZA


Foto: Ernesto Escobar Ulloa.


Luis Vea Garcia (Barcelona)


Claudia Apablaza irrumpe en España con la novela Diario de las especies publicada por Barataria.


-En mi reseña hago hincapié en que Diario de las especies es un libro extraño porque en él podemos encontrar un cuadro de la locura en que vivimos. Me interesa mucho ese intercambio de opiniones que se da entre la protagonista y los que leen su blog y, sobretodo, la deriva que llevan las conversaciones de un lado a otro. Supongo que es un efecto pretendido, buscado. ¿Querías con ello llevar al lector a algún punto?


Supongo que todos los escritores quieren llevar al lector a algún punto. Ahora bien, nunca me he detenido a pensar en qué punto es ese que un escritor quiere llevar al lector, pero tal vez, en este caso, creo que quería llevar al lector a reflexionar acerca de temas como la inmigración, la infancia, la creación, sudamérica v/s Estados Unidos, sudamérica v/s Europa, la dificultad del viaje, la creación, la escritura, la desaparición, el miedo a la maternidad, el desarraigo, etc.


-Diario de las especies es un libro que habla mucho de literatura, es un libro a mí modo de ver no apto para todos los paladares. Exige un poco de conocimiento literario. Incluso uno de los personajes, comentarista de los post, acusa a la autora de ser una escritora burguesa. ¿Eres tú también una escritora burguesa?


Creo que es un libro apto para todos los paladares si pensamos en la respuesta que di a la pregunta pasada y los temas que se tocan en el texto. No es un libro que se reflexione sobre autores. Si sabes de literatura tal vez le des una segunda lectura, pero creo que eso no es lo central.
En cuanto a la segunda pregunta, creo que los burgueses ya no existen.


-¿Piensas que el modo de narrar tan fragmentado te inscribe en la tendencia de la llamada Generación Nocilla?


La Generación Nocilla es mucho más que la fragmentación de un texto.


-En tu libro hablas mucho de la literatura europea, pero también de la literatura sudamericana y de la literatura chilena. Muchos de sus nombres al lector no le suenan. ¿No es un hándicap?

No sabría responder esta pregunta. Pero, supongo que no lo es. O tal vez, creo que depende de quién lo lea.


-En el libro hay mucho de caos, de itinerarios personales sin rumbo y la bitácora sirve en cierto modo de brújula. ¿Estamos tan desorientados como lo están tus personajes?


No sé si lo estemos en plural. Podría hablar por mí y creo que no me siento nada desorientada hoy. Al contrario. He tenido un día maravilloso. De mi casa al metro, del metro al trabajo. Del trabajo a la red. De la red a hablar con amigos, navegar, postear, trabajar, escuchar música, leer. Luego regreso a casa. Responder esta entrevista. Cerrar el ordenador. Leer.


-Volviendo a la forma de la novela. Da la impresión de que tu historia no se hubiera podido contar de otro modo, pero ¿piensas que esta tendencia a la fragmentación acabará calando como método creativo o será simplemente una tendencia que dejará de existir?


No es una tendencia de hoy. En toda la historia de la literatura y de la humanidad, incluso en la oralidad, hay personas que se expresan mejor de forma fragmentada y otras de forma lineal.

-Una curiosidad del libro es que todos los mensajes de la protagonista principal están escritos los sábados. ¿Pretendías reflejar también lo fragmentario de nuestras vidas y de nuestro tiempo libre?


La verdad es que eres la segunda persona que se da cuenta de ese detalle. La primera fue Lorena Amaro, una crítica literaria chilena que admiro mucho. Creo que ni siquiera yo me había dado cuenta, Lorena me lo hizo ver. Ahora bien, el postear no tiene nada que ver con mi tiempo libre. Mejor dicho, no sé bien a qué se refieren cuando dicen tiempo libre, ya que siempre considero que estoy laburando.


-La forma de construir la novela también presupone una crítica a la construcción tradicional. ¿Crees que la novela en su formato tradicional ha perdido vigencia?


No para nada. Volviendo a la pregunta anterior, creo que hay escritores que se comunican de una forma más fragmentaria y otros de una forma más lineal. Además que a la mayoría de los lectores les interesa leer textos lineales.


-En el desarrollo de la novela, exceptuando el personaje principal AA, el resto de personajes quedan un poco envueltos en una maraña donde sus caracteres naufragan. ¿Casi como reflejo de la sociedad actual?


Tal vez reflejo de todas las comunidades, las sociedades, los colectivos, los grupos humanos; de cualquier tiempo, no necesariamente actual.


-Claudia, ¿qué nos espera próximamente tras este Diario de las especies?


Publicaré este año, en Chile y Perú, una nueva novela: EME/A.

Muchas gracias, Claudia, por tu tiempo. Esperamos seguirte leyendo.

viernes, 21 de mayo de 2010

DIARIO DE LAS ESPECIES DE CLAUDIA APABLAZA


Diario de las especies
Claudia Apablaza
Ed. Barataria, 2010
176 páginas
13,50 euros

Diario de las especies, el libro de Claudia Apablaza(1978), chilena momentáneamente afincada en Barcelona, es un libro singular. Singular por su planteamiento metaliterario que traspasa el argumento. Es un artefacto narrativo que no sé hasta que punto podemos denominar novela, pues desmenuza y deconstruye el concepto tradicional de novela. Apablaza crea una forma de organizar el material narrativo a semejanza de los blogs en donde expone un tema, como un post, y deja que los lectores le vayan respondiendo. Es evidentemente una novela deslavazada porque pretendidamente Claudia Apablaza utiliza los mecanismos reales de los blogs en los que se pasa de una conversación a otra sin ton ni son. Refleja una tendencia actual del mundo, no ya del mundo literario, que también, pero básicamente del mundo de la comunicación por internet. Así los sucesivos posts van planteando materias que tienen que ver con la creación de una novela: los personajes, los tiempos, el final, hasta el propio proceso de publicación. También en cada uno de los capítulos hay numerosas reflexiones sobre algunos libros. El personaje central de la novela es casualmente una chica chilena que viene a España a escribir una novela influenciado por la figura de Enrique Vila-Matas. Así se convierte en el alter ego de la autora de la que toma algunos rasgos biográficos. Inicia una suerte de peregrinaje entre autores con especial hincapié en Vila-Matas y en la belga Amelie Nothomb. Casi completa de un modo quizá precipitado, saltando de autor en autor algo como un improvisado Curso de Literatura Europea, que sin ser el de Nabokov, si nos da pistas de aquellas materias y autores que interesan al personaje central que viene firmando todos sus escritos como A.A. Al mismo tiempo va pasando alternativamente del escenario europeo al chileno y sudamericano, trazando paralelismos, símiles y pasarelas.


Desde el punto de vista puramente formal la apuesta de Apablaza es una apuesta arriesgada que deberíamos inscribir en la tendencia a narrar fragmentariamente. Algo que debe ser como en su momento fue el descubrimiento de la fotografía que obligó a los artistas a pasar de un arte figurativo a otro abstracto. Tendencia que aquí en España nos ha dado experimentos como Nocilla dream y el resto de la trilogía de Agustín Fernández Mallo. También Vicente Luis Mora ha circunscrito algunos de sus trabajos a esta visión fragmentaria.


Jordi Corominas compara Diario de las especies con un cuaderno de navegación, de hecho en tanto que blog es algo así como una bitácora con una doble vertiente. Por un lado vital y por el otro literaria. Ambas se funden en el texto que salta de una situación a otra. Algunos lectores pueden verse apabullados por tantas conversaciones abiertas, por tantas palabras y personajes, sobretodo aquellos que no están acostumbrados a los blogs y a las redes sociales.


Quizá la parte final se convierte en un cuadro más abstracto todavía. De lo que no hay discusión es que la autora chilena maneja con soltura los conceptos creativos y el conocimiento de los grandes autores de la literatura. Quizá para algunos lectores no avezados a la literatura chilena algunos nombres se le escapen. Pero, lo importante es avanzar por esa derrota que nos propone Claudia Apablaza, una forma de escribir y describir el mundo diferente, menos lineal, con muchas lecturas. Quizá sea la única forma de poder entender las múltiples vertientes que tiene hoy en día nuestro mundo. No olvidemos al fin y al cabo que la literatura también es una forma de reflejar el mundo.


Seguiremos los futuros proyectos de esta joven autora chilena.

lunes, 10 de mayo de 2010

RAPSODIA GOURMET DE MURIEL BARBERY




Rapsodia gourmet
Muriel Barbery
Ed. Seix Barral, 2010(primera edición, 2002)
Traductor: Isabel González-Gallarza
182 páginas
15 euros


En la calle Grenelle número 7 de París vive un importante crítico gastronómico, capaz de encumbrar o destruir a cualquiera de los chefs más importantes del mundo. Pero se muere. Tiene una grave enfermedad y el médico le da pocas horas de vida. En estas pocas horas y en su postración en la cama, Pierre Arthens revive desesperadamente aquellos sabores que le han provocado un auténtico placer a lo largo de su vida: los tomates del huerto, sashimis preparados por el mejor cocinero de Japón, el pan, helados, etc.


Es la primera novela de Muriel Barbery, la autora de La elegancia del erizo, que ya fue editada en el año 2002 con el nombre de Una golosina.. De hecho, reconocemos a varios de los personajes de esta novela, como por ejemplo la portera, la señora Renée Michel.


En Rapsodia Gourmet, la autora va intercalando en los capítulos los recuerdos del señor Pierre Arthens con las opiniones que de él tienen las personas que le conocen: la mujer, los hijos, la portera del inmueble, los vecinos y hasta su gato.


Con la lectura de la novela se van despertando los sentidos del gusto y del olfato. Se alteran las papilas gustativas de tal manera que desearías comer sashimi o una tostada. Nos podemos imaginar el olor del tomate recién cogido de la mata antes de darle un mordisco.


Es una novela escrita con mucha elegancia y una gran sensibilidad, igual que la primera novela de la autora que se publicó en España, La elegancia del erizo. En ambas los personajes son realmente curiosos: la portera de La elegancia del erizo es una mujer profundamente culta que oculta su inteligencia y su sabiduría para sobrevivir en un inmueble de ricos. La descubrirá una adolescente y un nuevo inquilino japonés que curiosamente comprará el piso donde vivía Pierre Arthens a su muerte . En esta novela es este vecino antes de morir, que ha sido a lo largo de su vida un hombre realmente cruel no sólo con los chefs sino con su propia familia (de hecho sólo quiere a su perro y a su gato).


Es curioso que en ambas novelas aparece la gastronomía japonesa. En Rapsodia gourmet una de sus evocaciones es comer sashimi preparado cuidadosamente por un cocinero nipón mientras que en La elegancia del erizo el nuevo vecino japonés invita a Renée, la portera, a cenar pescado crudo en un excelente restaurante de comida de su país.


Es un libro muy recomendable, sobretodo para aquellos lectores que disfrutaron con La elegancia del erizo.

Pilar I.

lunes, 26 de abril de 2010

EL JARDÍN DE LOS SUPLICIOS DE OCTAVE MIRBEAU


El jardín de los suplicios
Octave Mirbeau
Ed. El Olivo Azul, 2010
Traductores: Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán.
216 pp
19 euros


El jardín de los suplicios es uno de los libros más repugnantes que he leído en mi vida. Dicho esto, queda aclarar que la repugnancia viene dada por las descripciones de torturas de todo tipo y pelaje y que es indudable reconocer lo bien escrito que está para provocar esas sensaciones. Probablemente hoy podríamos decir que El jardín de los suplicios es una obra gore o hardcore, un verdadero manual de la tortura china.

Recuerdo haber visitado hace unos años en Santillana del Mar una exposición de la tortura durante la Inquisición que, si bien era bastante repugnante, no llegaba al sibilino grado que plantea Octave Mirbeau (1848-1917).

No me cabe la menor duda de que en el planteamiento inicial hay un poco de épater les bourgeois y otro poco de influencia del Marqués de Sade (1740-1818), además de una denuncia (p. 94. “Europa, con su civilización hipócrita y bárbara, es la mentira”).

La obra tiene dos partes claramente definidas y aborda en cada una de ellas un tema diferente.

En la primera parte conocemos la vida de un joven venido a menos que lleva una existencia canallesca aprovechándose de sus contactos sociales y de su relación con un ministro francés. Envuelto en constantes corrupciones políticas debe abandonar Francia con la excusa de una misión científica haciéndose pasar por un falso embriólogo que viaja hacia Ceilán. En esta parte todo nuestro asco viene de la repugnancia moral o ética que a uno le produce la forma de conducir la política y el tráfico de influencias constante (¿Alguna relación con la política actual?). Esto es lo más sobrellevable.

La segunda parte se inicia cuando en el viaje a Ceilán traba contacto con una mujer, de nombre Clara, que le desviará de su ruta hasta China. Aquí es donde veremos la mezcla entre sexualidad y dolor.

El desarrollo de la historia proviene de un diálogo inicial sobre las teorías que tienen que ver con el dolor, la sexualidad y el comportamiento primitivo. El diálogo se da en un salón frecuentado por personas de posición de la Francia del momento.
Esta segunda parte puede considerarse excesiva, tanto en longitud como en exhibición. Asistimos a todo tipo de torturas, canibalismo, y violencia que podamos imaginar. Conoceremos la tortura de la caricia, de las varas candentes, del tañido de la campana, de la rata, etc.

Durante el viaje en barco tenemos un espacio de transición entre la repugnancia moral y la física. Este desplazamiento de una a otra viene dado por el propio desplazamiento del barco y las conversaciones que en él se dan. Por ejemplo hay una crítica a la supuesta civilización que representa Europa al hablar de las guerras y del descubrimiento de munición cada vez más destructiva(balas dum-dum): “Para hacerla más y más mortífera y expeditiva.(..) Se trata de una cuestión de humanidad (…)¿y el derecho de las gentes?(…)ése es el derecho que tenemos de matar a la gente en masa o al menudeo (…)”(p.85).

Posteriormente también hay una parte que abre la explicación del porqué de las torturas:” Yo he visto colgar ladrones en Inglaterra, he visto carreras de toros, he visto agarrotar anarquistas en España…En Rusia he visto a unos soldados azotar hasta matarlas, a hermosas muchachas (…) Pero nunca vi nada tan hermoso como esos presidiarios chinos”(p.108)

Y encontraremos críticas abiertas al papel de la religión en Asia:
“(…)el misionero católico que lleva también la civilización en la punta de las antorchas, de los sables y de las bayonetas” (p.147).

Importante comentar todos estos aspectos pues una lectura superficial nos reduciría el contenido del libro a sus aspectos más escatológicos. El lector sensible convendrá que tenga en cuenta todo este catálogo de pequeñas advertencias, mientras que el lector más osado quizá disfrute descubriendo lo sibilino de la tortura de la rata y llegue a la parte en donde aparece el Ídolo de las Siete Vergas.

En definitiva, un libro no apto para leerse en las comidas, quizá extraño, cuyo autor era considerado por Tólstoi como “el más grande escritor francés contemporáneo”.

Átense con correas de cuero y lean El jardín de los suplicios. Si se atreven, claro.

domingo, 18 de abril de 2010

EL CIELO ES BLANQUIAZUL. DANI JARQUE, 21 HISTORIAS DEL 21 DE BRUNO ALEMANY Y MOISÉS LLORENS(ED)


El cielo es blanquiazul. Dani Jarque, 21 historias del 21.
Edición de Bruno Alemany y Moisés Llorens
Ara Llibres, 2010.
176 pp
18 euros.


Hace unos cuantos años mi profesor de inglés, gran aficionado al fútbol y a los libros y nacido en Newcastle, me dijo: La liga española es muy aburrida. Siempre Barça, Madrid, Barça, Madrid… En Inglaterra, al menos, hay cuatro equipos que pueden ganarla. Bien que lo saben los aficionados del R.C.D.Espanyol por soportar esa dicotomía, no sólo por ser otro modesto de la primera división, sino, además, por convivir en la misma ciudad con uno de los grandes. Por eso la publicación de este libro tiene un poco de aire fresco para el aficionado perico que, harto de tanto Messi y Cristiano Ronaldo, encontrará aquí la vida de uno de sus referentes más cercanos. Nada de historias de fiestas por la noche, de chicas y escapadas. Nada de eso. La vida sencilla de un profesional ambicioso pero honrado. La vida de un deportista sencillo, del que poco se sabía más allá del terreno de juego. Por eso la narración es también sencilla. Es tal y como le veían su familia, amigos, compañeros, profesionales, etc… Tal y como le veían y el recuerdo que les dejó. Es cierto que este tipo de libros tienen el peligro de convertirse en panegíricos y de ensalzar tanto la vida del personaje hasta deformarla. No encontraremos exageraciones en el libro que Bruno Alemany y Moisés Llorens han confeccionado. Sin embargo, hay algunas cosas que de tanto repetirlas rechinan. Por ejemplo, muchos de los profesionales que dan su opinión sobre Jarque hablan de que les extrañaba que no estuviera en la selección nacional. Lo raro es que casi acaba diciéndolo el propio seleccionador nacional que está muy poco creíble en su relato. Así pues, si los aficionados del R.C.D.Espanyol quieren tener un grato recuerdo de uno de sus capitanes más entrañables, aquí tienen este libro: El cielo es blanquiazul. Un relato del jugador y de la persona, del ser que tuvo la desgracia de fallecer cuando todavía no le tocaba, cuando todavía tenía tanto que dar. Un libro sencillo que los pericos pueden aprovechar para comprar y regalar en Sant Jordi ahora que la puerta 21 del Estadi de Cornellà-El Prat lleva su nombre.

lunes, 12 de abril de 2010

UN NUDO EN LA GARGANTA (QUINCE CUENTOS CANALLAS) DE VARIOS AUTORES




Un nudo en la garganta (Quince cuentos canallas)
Varios autores
Trama editorial, 2009
183 pp
16,83 euros

Un nudo en la garganta nos presenta una propuesta narrativa en forma de quince cuentos de diferentes autores de uno y otro lado del Atlántico. Un compendio de relatos realizados por escritores de habla hispana y de temática canallesca. En el prólogo, Juan Ángel Juristo ve la necesidad de acotar el término canalla. Resumiendo: son moneda común los tipos despreciables con un proceder dudoso, antisociales y, a veces, marginales, cuyas historias rozan o son parte del mundo de la delincuencia. Tipos que salen de la cárcel, que llevan armas, trafican o comercian con drogas, aceptan sobornos, roban, asaltan, disparan, matan, les ponen o ponen los cuernos, frecuentan los bajos fondos, se vengan, asesinan, esclavizan, se drogan, se prostituyen o prostituyen o andan en pandillas. Un catálogo de la mayoría de las cosas que hacen y en las que ocupan el tiempo. Una lista nada despreciable en la que encontramos historias que abarcan el género negro o historias que llegan casi a la ciencia ficción. Un conjunto variado tanto en temas como en autores.



Si bien no conozco antologías anteriores que abarquen la temática, no sé si decir género pues quizá parece algo excesivo, y tampoco sé si era necesario tratarlo, pero aprovechando el tirón de lo negro y, en muchos casos, de un realismo más que sucio, Trama editorial nos ofrece esta propuesta que es, a la vez, una buena muestra de lo que autores españoles e hispanoamericanos son capaces de mostrarnos.



Personalmente me quedo con un par de piezas más que notables, ambas de autores argentinos. La primera, Oxidado de Leonardo Oyola, un torrente de venganzas interrumpidas por el tiempo y que parecen haber sido apagadas por el mismo, no siendo así. Un cruce de vidas que compiten por generar más dolor todavía, donde la cárcel acaba siendo un refugio. La otra, del también argentino, Guillermo Roz, titulada Los grises. Un relato de afrentas, de violaciones, del peor canallismo, de esclavitud y de crueldad, de escapadas de los bajos fondos. También un relato de venganzas a tiempo con un final relativamente feliz. Gran relato, para no perdérselo, donde el calificativo gris del título esconde el apelativo de una familia y la historia más negra.



Entre la representación española me quedo con el cuento de Paula Izquierdo, Venganza canalla. Probablemente la historia menos canalla con un final bastante vengativo en la que se ahonda en las palabras a medias, las frases no dichas y los deseos no formulados. También en las envidias y en los errores. Un relato bien llevado hasta su conclusión.



También destacar el relato Un buen tipo demasiado sentimental del español Ignacio Ferrando. Un cuento sobre el personaje de Philip Marlowe, un intento por dar origen al ser creado por Raymond Chadler.



Aquel que desee entrar figuradamente en la vida canalla, que le gusten los ambientes poco deseables y el género negro, el hampa, los mafiosos y la gente de mal vivir, territorio abonado para los enfrentamientos, encontrará en esta selección un compendio de hasta dónde nos pueden llevar todas las bajas pasiones.

lunes, 5 de abril de 2010

EL FINAL DE LA CUERDA DE JOSEPH CONRAD


El final de la cuerda
Joseph Conrad
Ed. Funambulista, 2009
Traductora: Isabel Lacruz Bassols
282 pp
20 euros

No había vuelto a leer a Conrad desde mi adolescencia. Recuerdo que llegué a él a través de la recomendación escolar de La línea de sombra. Eran tiempos en los que devoraba a Verne, a Salgari y a London con avidez. Pronto descubrí a Conrad. Así fui leyendo Lord Jim, El agente secreto (en mi edición era El copartícipe secreto), Un vagabundo de las estrellas. Luego conocí la existencia de la genial película de Coppola, Apocalipsis now. De ahí a leer El corazón de las tinieblas faltó un instante. Y sin saber de qué modo lo dejé en ese punto. Hace quizás una veintena de años. Luego descubrí esta pequeña obra que desconocía, El final de la cuerda y me mostré dispuesto a retomar a Conrad, ese mismo autor que tantos ratos de mi adolescencia había cubierto con pasión.

El final de la cuerda no es una obra menor. Sigue el esquema de la novela conradiana en donde la vida transcurre en relación a un lugar –el mar, el río- y a un conflicto. Lo que a los personajes les sucede se precipita en ese mismo lugar. En este caso tenemos un triángulo de personajes que obedecen a intereses contrapuestos. Por un lado, el capitán del barco, Whalley, caballero venido a menos en la época de la Inglaterra colonial. También está Massy, patrón del Sofala y maquinista. Personaje tosco y venido a más gracias a un sorteo de lotería y que desperdicia su vida y su fortuna en lograr un premio mayor. Por último, el segundo, Sterne, lleno de rencor y envidia hacia sus semejantes y deseoso de mandar un navío. La vida de estos tres hombres se precipitará en el barco, el Sofala, mientras éste navega por un río.


La contraposición de los caracteres de los personajes y, sobre todo, el hecho de que los tres son capaces de extraer de sí mismos lo peor o lo mejor según las circunstancias es el hilo narrativo que va tensando la cuerda. Evidentemente, el título de la novela no es casual porque en El final de la cuerda la cuerda acaba tensándose más de la cuenta y rompiéndose.


En un principio, la novela se centra en el capitán Whalley y su vida. Viudo, con una hija casada viviendo en Australia a la cual no ve hace tiempo. Tras sufrir la ruina de su entidad bancaria, pierde todos sus ahorros. Privado de ese colchón para su vejez y a esa edad en que está pensando más en el retiro que en el trabajo, tiene que malvender su navío para hacer frente a las peticiones económicas de su hija. Así, tras la venta de su barco, se embarca en un nuevo navío: el Sofala, en donde aparecen los dos personajes mencionados con anterioridad, Massy y Sterne.


Con una prosa a veces excesivamente descriptiva pero con una destreza notable, Conrad tiene la capacidad de describirnos paisajes y caracteres con la misma soltura. Con unos cuantos párrafos y, sin apenas apercibirnos, nos expone el triángulo que da origen a la novela. El final desata todas las pasiones en la contraposición de los caracteres de los protagonistas.


Buena ocasión para retomar a Conrad si hace tiempo que no se disfruta de su lectura y de ahondar en las pasiones humanas, en las contradicciones que todos llevamos dentro y que en la narración se desatan en un río, como en su muy reconocida El corazón de las tinieblas, mostrándonos que todos llevamos dentro de nosotros al ángel y también al diablo.